Espermatozoides altruistas
La científica checa, Dra. Katerina Dvoráková, es miembro de un equipo internacional de la universidad de Sheffield, en el Reino Unido, que descubrió la existencia del altruismo a nivel celular. La investigadora checa es coautora del descubrimiento de que se sacrifican los espermatozoides altruistas.
La capacidad de ayudarse mutuamente o sacrificarse por los demás se atribuye generalmente tan sólo a los seres dotados de un sistema nervioso superior. Las investigaciones del ratón del bosque, denominado en latín Apodemus sylvaticus, han puesto en evidencia que son capaces de portarse de manera altruista incluso estructuras tan sencillas como las células, en este caso concreto los espermatozoides.
Según la Dra. Katerina Dvoráková, coautora del descubrimiento, es el primer caso de altruismo a nivel celular.
El ratón del bosque es un animal muy promiscuo.Vive en colonias y las hembras mantienen relaciones muy frecuentes con diversos machos.Esta forma de vida sexual ha influido en el comportamiento estratégico de los espermatozoides durante el camino al óvulo.
La investigación ha revelado, según la Dra. Katerina Dvoráková, que decenas y hasta centenas de espermatozoides de un determinado macho del ratón del bosque se acoplan mutuamente con pequeños ganchos para poder avanzar más rápidamente hacia el óvulo. El jefe del equipo científico, el biólogo Harry Moor, quien ha comparado el fenómeno a los vagones acoplados, denomina las cadenas de espermatozoides enganchados "trenes de amor".
Los biólogos sabían que en las entrañas de las hembras de mamíferos compiten los espermatozoides individuales cuál de ellos llegará en primer lugar al óvulo y lo fecundará. La investigación del ratón del bosque ha revelado algo totalmente nuevo:los machos pueden competir entre sí a través de sus espermatozoides. De la colaboración de los espermatozoides depende cuál de los ratones será padre.
Los espermatozoides mutuamente enganchados que forman "los trenes de amor" son mucho más exitosos ya que se acercan al óvulo a una velocidad en un 50 por ciento más alta que un espermatozoide solitario.
El equipo internacional del que forma parte la checa Dra.Katerina Dvoráková descubrió en el ratón del bosque todavía algo más sorprendente. Una parte de los espermatozoides se sacrifica en beneficio de los demás.
Los espermatozoides del segmento delantero del tren del amor se quitan una especie de gorrito que contiene enzimas necesarias para penetrar en el óvulo y fecundarlo. Sin el gorro, el espermatozoide avanza más rápidamente y desbrava el camino a sus compañeros.
Pero al mismo tiempo pierde la posibilidad de fecundar el óvulo. Se sacrifica en pro de sus compañeros del tren de amor.
El jefe del equipo científico de Sheffield, Harry Moor, afirma que durante los 30 años que estudia los espermatozoides, jamás ha visto un comportamiento tan altruista.
Conocer los mecanismos de cómo se desbravan el camino a través del cuello uterino podrá un día ser útil también para el tratamiento de la esterilidad humana.
Y la Dra. Katerina quiere estudiar próximamente otro aspecto curioso: la relación entre el comportamiento de los espermatozoides y la forma de vida promiscua o monógama de los individuos. Lo estudiará también en los humanos.