Los científicos estudian gotas de agua marina

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El agua del mar es llevada por el viento en forma de microscópicas gotas sobre la tierra firme. El científico checo Pavel Jungwirth forma parte de un equipo internacional que estudia qué pasa cuando la sal marina contenida en esas minúsculas gotas entra en contacto con el smog.

En una marejada, las olas se levantan y al caer arrastran consigo burbujas de aire. Éstas suben a la superficie donde se disgregan, llevando a la atmósfera gotas microscópicas del agua marina. De hecho son aerosoles del cloruro de sodio disuelto y de otras sales.

Cuando en un día soleado los aerosoles entran en contacto con el ozono del smog, se desencadena una reacción química que provoca la liberación del cloro de las moléculas del cloruro de sodio.

El cloro libre reacciona, a su vez, con los componentes del smog, como son los óxidos de nitrógeno y de azufre, de manera que surgen otras sustancias nocivas, peligrosas a la salud del hombre.

El fenómeno que acabamos de describir no se da sólo en las zonas costeras. El viento lleva los aerosoles marinos al interior de los continentes, a una distancia de mil kilómetros. En las grandes aglomeraciones urbanas, reacciona con los aerosoles marinos el ozono procedente de los gases de escape de los automóviles. De los aerosoles se libera el cloro que reacciona con los contaminantes, surgiendo un cóctel tóxico.

El científico checo, Pavel Jungwirth, forma parte de un equipo internacional que en la Universidadad de California, en Irvine, estudia las reacciones entre las gotas del agua marina y el aire poluido. Jungwirth pertenece al grupo de especialistas que modelan estos procesos en ordenador.

El profesor Jungwirth trabaja la mayor parte del año en el Instituto de Química Orgánica y Bioquímica, en Praga. El científico puede tomar parte en las investigaciones de la Universidad de California ya que para su trabajo no necesita un laboratorio con el agua marina sino un ordenador.

El profesor Jungwirth explica que la modelación en el ordenador posibilita calcular qué pasa con cada átomo, y prever el desarrrollo de la futura reacción. De esta forma, los cálculos teóricos y los experimentos prácticos se completan y verifican mutuamente.

Además del cloruro de sodio, el agua marina contiene también bromuro que llega a la atmósfera en forma de aerosol. Las reacciones del bromuro con el ozono influyen en las capas bajas de la atmósfera sobre todo en las zonas polares.

Los aerosoles siguen siendo una gran incógnita y pueden participar en otras reacciones en la atmósfera que desconocemos. Los hombres contribuyen a desensadenarlas liberando a la atmósfera enormes cantidades de sustancias contaminantes sin medir las consecuencias de tal proceder.