Carcelero nazi Anton Malloth fue condenado a cadena perpetua
A cadena perpetua fue condenado en Alemania Anton Malloth, quien se desempenó como carcelero en la prisión de la Gestapo en Terezín, a 60 kilómetros de Praga. En lo que va del año, se trata del cuarto caso de condena de un criminal de guerra nazi.
El proceso judicial contra el antiguo miembro de la SS nazi Anton Malloth, ha repercutido en la República Checa. El caso demuestra que a pesar de haber transcurrido 56 años desde que terminó la Segunda Guerra Mundial, los crímenes cometidos por los nazis no están prescritos y siguen siendo castigados. Los observadores indican no obstante que el proceso judicial contra Malloth ha sido uno de los últimos de su índole, ya que cada vez se torna más difícil encontrar a testigos directos y reunir testimonios suficientes para acusar a los antiguos cabecillas nazis.
Albert Mayer, ciudadano checo, uno de los principales testigos del actual proceso judicial contra Malloth celebrado en Munich, reaccionó al veredicto de la Corte de Justicia alemana con satisfacción y emoción:
"Para mí, personalmente, la condena de Malloth significa ver cumplida la deuda para con nuestros conciudadanos que ya no se encuentran entre nosotros, víctimas de la brutalidad de los nazis. Eso es lo decisivo. No importan los años que hayan transcurrido, lo que vale es que finalmente haya reinado la justicia."
En el año 1948, Anton Malloth, hoy de 89 años de edad, fue condenado en ausencia en la antigua Checoslovaquia a la pena capital, siendo acusado de asesinar a 750 personas al desempenarse como carcelero en la prisión de la Gestapo en Terezín, Bohemia del Norte.
Albert Mayer confirmó que Malloth había estado entre los carceleros más brutales en Terezín. También el presidente del Tribunal de Munich, Jürgen Hanreich, senaló que Malloth "... fue de los criminales a quienes sus ideas de odio convierten en sádicos".
Otro de los testigos en el proceso, Jan Munk, actual director del Monumento de Terezín, senaló que: "Aunque la condena de Malloth a cadena perpetua sea un tanto simbólica por tratarse hoy de un hombre en avanzada edad y en silla de ruedas, para el futuro de la civilización humana tiene una importancia singular".