Selección checa de fútbol no estará en el Mundial 2002
La selección checa de fútbol no estará en el Mundial 2002 tras haber perdido ayer miércoles en Praga el decisivo partido de repechaje con Bélgica por 1 a 0.
Desde que se proclamara en 1993 la República Checa independiente, la selección checa de fútbol no ha logrado clasificarse al campeonato del mundo. Los futbolistas checos estarán ausentes también del Mundial a disputarse el próximo verano en el Japón y Corea. Del repechaje se clasificó al Mundial Bélgica, que derrotó a la República Checa en los partidos de ida y vuelta por 1 a 0.
El destino de la selección checa se cumplió ayer cuando faltaban seis minutos para el final del partido de vuelta con Bélgica. El equipo checo, cuya actuación era gris y sin ideas, se desesperaba al ver frustrados todos su intentos de avanzar a través de la defensa belga que no tenía fisuras. Con los nervios crispados, el jugador checo Jankulovski cometió una falta sobre el capitán belga Verheyen. El árbitro sueco ordenó un penalti que el belga Wilmots transformó. Bélgica ganaba por 1 a 0.
El equipo checo perdió los nervios. El capitán Pavel Nedved gritó al árbitro y fue expulsado. El colegiado sueco expulsó también al delantero checo, Milan Baros, tras haberle enseñado la tarjeta roja. Con tantas expulsiones y en los pocos minutos que quedaban para el final del encuentro cambiar el marcador era una utopía. Tras un juego francamente malo la selección checa perdió ante Bélgica por 1 a 0.
Causó decepción la actuación de aquellos jugadores checos que tienen contratos millonarios en clubes eurooccidentales. En los colores nacioales su rendimiento fue frustrante.El capitán Pavel Nedved, apodado por los hinchas del Juventus Turín de "Furia Checa", tuvo una actuación opaca. Decepcionó también Tomás Rosický, que milita con éxito en el Borussia Dortmund.
El delantero Vladimír Smicer, que juega en el equipo de Liverpool, reconoció: "Después del empate en el partido de clasificación con Malta y la vergonzosa derrota en Islandia ya no merecíamos disputar el Mundial.Desde hace mucho estamos en crisis".Terminado el partido, sólo Tomás Rosický dio la mano al árbitro sueco Anders Frisk. Otros jugadores checos retaban o ignoraban ostensivamente al árbitro, a quien atribuían la culpa del frustrante resultado del partido con Bélgica.
La selección checa se retiró a los vestuarios bajo una lluvia de manzanas y botellas de plástico. Los decepcionados hinchas pedían la cabeza del entrenador nacional, Jozef Chovanec, que seguramente tiene los días contados al frente de la selección.
A la selección checa le espera un cambio generacional. La generación de jugadores que ganaron la medalla de plata en la Eurocopa 1996 y que militan ahora en clubes eurooccidentales ya no está en condiciones de reeditar los éxitos pasados.