El Messi checo de estilo libre le rinde homenaje al fútbol en un teatro de Praga
En el año 2021, Daniel Pražák se convirtió en el primer campeón del mundo checo en fútbol de estilo libre. Con semejante título en su haber, estrenó la obra Vivat Messi que, además de presentarse en el teatro Hybernia de Praga, viajará a Noruega y Kenia. En diálogo con RPI, Pražák nos cuenta todo sobre el fútbol de estilo libre, explica cuál es el mensaje de esta obra y por qué Lionel Messi llegó a convertirse en un verdadero referente de la autosuperación.
Entre las novedades en la cartelera del prestigioso teatro Hybernia, justo enfrente de la Casa Municipal de Praga, hay un anuncio que puede llamar la atención a más de una persona, y mucho más si se es amante del fútbol: se trata de una obra interactiva y muy original que celebra al deporte más popular de todos y rinde homenaje, a su vez, a un chico argentino con problemas de crecimiento que, con su magia y esmero, logró llegar a la cima del mundo, tal como nos cuenta Daniel Pražák, el gran protagonista de esta obra.
“Vivat Messi surgió, tal como dice el propio título de la obra, a partir de Messi, de la idea de encontrar dentro tuyo a ese joven con un sueño y no renunciar a él, intentarlo una y otra vez hasta lograrlo y llegar a la meta que se desea. La referencia es Messi porque ¿quién tiene hoy un nombre más grande que él? La gran leyenda actual es, precisamente, Messi”.
Si bien hay otras leyendas del fútbol aún vigentes y en actividad, como es el caso del gran Cristiano Ronaldo, afirma Daniel que el mundial obtenido en Catar terminó de darle al jugador argentino el estatuto de mayor estrella del fútbol para los más jóvenes. En su opinión, la mera mención de ese apellido corto y hasta hipnótico parece despertar en muchos chicos la voluntad de lograr algo, aunque eso requiera mucho esfuerzo.
La libertad como estilo
Con idea y escenografía del director Petr Boháč, cuando a Daniel le llegó la propuesta de hacer este espectáculo no dudó ni un segundo porque le pareció estupenda. Recuerda que casi inmediatamente se pusieron a armar algunas coreografías que hoy forman parte de la obra con la presencia infaltable de ese balón que funciona como símbolo de que no existen sueños imposibles. No obstante, si Daniel recibió este ofrecimiento no es por azar, sino porque él mismo es un poco el Messi del fútbol de estilo libre desde que, en el año 2021, se convirtió en el primer y, hasta el momento, único campeón checo en esa disciplina.
“Empecé a hacer fútbol de estilo libre cuando tenía unos 15 o 16 años. En esa época me hice un amigo en el campo de fútbol que hacía todo tipo de jueguitos, a tal punto que me pregunté cómo era posible hacer trucos así. Hasta ese momento jugaba, por supuesto, al fútbol que siempre me gustó, pero la verdad es que regateaba demasiado y los entrenadores siempre me regañaban por no pasar el balón. Sin embargo, cuando conocí a este amigo que hacía todos esos trucos decidí dejar de lado el fútbol y meterme de lleno en el estilo libre”.
A pesar de ser el mejor en lo suyo, Daniel tiene que repartir su tiempo entre varios trabajos porque, en su opinión, sí es posible vivir del fútbol de estilo libre, aunque no en República Checa. Explica que en los mundiales de esa disciplina existen diversas categorías como sucede, por ejemplo, con los distintos estilos de natación. Y si bien en los últimos años ha logrado perfeccionar su técnica no hay dudas de que existe un talento innato que él venía demostrando hacía mucho tiempo, por ejemplo, con su notable récord en jueguitos (dar toques).
“Por ahora mi récord en hacer jueguitos es de 45 minutos y eso fue al principio, cuando empecé con todo esto. Recuerdo que estaba en una estación de servicio e hice una apuesta con un amigo para ver quién pagaba la gaseosa. Prometí alcanzar la media hora y terminé llegando a los 45 minutos sin que la pelota se me cayera, mi amigo me compró la limonada y yo seguía haciendo jueguito”.
Un mismo balón y dos deportes distintos
Explica Daniel que si bien parte del entrenamiento físico puede tener algo en común como indica, por ejemplo, la búsqueda de resistencia, fuerza y velocidad, también existen muchas diferencias entre el fútbol convencional y el de estilo libre. Pero la más importante de todas es, sin lugar a dudas, la que tiene que ver con las cifras exorbitantes que se ganan en el fútbol profesional. Por otro lado, aun cuando el balón es el mismo, la relación del jugador con él es completamente distinta en ambas disciplinas.
“En el fútbol de estilo libre necesitamos tener el balón todo el tiempo en nuestro poder, tenemos que tener la pelota bajo control. Mientras uno de los principales objetivos de los jugadores de fútbol es patear el balón a la portería, incluso aunque se encuentre muy lejos, nuestra tarea es, por el contrario, mantener el balón. Y sí es verdad que, en el fondo, lo único que tenemos en común es la pelota”.
En ese sentido, agrega Daniel que su disciplina se parece un poco más al fútbol sala, y de hecho dice que ahí es donde más se destacan los jugadores de estilo libre, justamente por su control del balón. Sin embargo, reconoce que en los campos de fútbol de once contra once ellos no tienen ninguna chance de competir con los futbolistas profesionales.
Crecimiento motivado
Daniel ofrece un análisis muy interesante respecto a la creciente popularidad que el fútbol parece haber obtenido en República Checa. Él confirma que es así, aunque ese crecimiento no responde, en su opinión, a un interés natural de la sociedad, sino más bien a las finanzas, tal como puede suceder también en otros países como Estados Unidos o Arabia Saudita, pero no considera que haya aumentado en sí el placer por ese deporte.
“No esperábamos que, en el estreno, unos ciento cincuenta niños vinieran corriendo al escenario, fue una verdadera locura”.
En todo caso, asegura que no se trata de algo nuevo: de hecho, cuenta que él mismo se pasó toda la infancia pateando una pelota desde la mañana hasta la noche y, por otro lado, recuerda que hubo una generación de grandes jugadores checos como Pavel Nedvěd, Milan Baroš, Jan Koller y Tomáš Rosický que fueron reconocidos en el mundo entero, algo que quizás no sucede ahora.
En ese contexto, resalta aún más el mensaje que quiere ofrecer Vivat Messi: motivar a los niños a jugar al fútbol, o cualquier otro deporte, porque lo importante no es la actividad en sí, sino el hecho de no quedarse en casa, dejar los obstáculos a un lado e intentar lograr lo que uno se propone. En efecto, la propia obra incluye un taller donde enseñan algunos movimientos, estrategias y trucos.
“El final de la representación teatral es un taller completamente abierto donde invitamos a los niños a subir al escenario y les enseñamos los trucos básicos del fútbol de estilo libre. Al armarlo, pensamos que nos encantaría contar con veinte o treinta niños formando una ronda en el escenario, y para eso intentamos crear una atmósfera similar a la que se vive en el campeonato mundial de fútbol de estilo libre, con mucha gente gritando y haciendo la ola. Pero la verdad que no esperábamos que unos 150 niños vinieran corriendo al escenario, fue una verdadera locura”.
El sueño del campeón mundial
Lo que cuenta Daniel sucedió el 19 de junio, durante el exitoso estreno de Vivat Messi, una obra sobre el astro argentino de fútbol que también se fue convirtiendo, de a poco, en la propia historia de vida de Daniel: sus inicios, su formación y todo lo que significó para él llegar a disputar y ganar la Copa del Mundo. De algún modo, es como si las dos historias se fueran contando en forma paralela, y lo cierto es que esto recién empieza porque a Vivat Messi le quedan muchas funciones que presentar y muchos kilómetros por recorrer.
“Vamos a enseñar también nuestra coreografía en algunos barrios pobres de Kenia, con la idea de que nuestra presencia los motive a seguir la dirección del deporte”.
“Vamos a tener una presentación mensual en el Hybernia de Praga, que es uno de los teatros más grandes de la República Checa, en una sala con aforo para 700 personas. La próxima función será el 22 de septiembre y luego vamos a actuar, por ejemplo, en Noruega y estaremos también dos semanas en Kenia, donde nos presentaremos en el Teatro Nacional de Nairobi y vamos a enseñar también nuestra coreografía en algunos barrios pobres de Kenia, con la idea de que nuestra presencia los motive a seguir la dirección del fútbol”.
A un campeón del mundo como Daniel Pražák no le da nada de miedo soñar: cuenta que le encantaría poder salir de gira con Vivat Messi por España y Latinoamérica, ya que eso terminaría de dar sentido a todo su trabajo. Por otro lado, no pierde las esperanzas de que, en alguna función, aparezca por arte de magia en el escenario el mismísimo Lionel Messi, aunque tampoco puede asegurar que no vaya a caer desmayado de la emoción.