Ninguno de los 140 vacunos sacrificados padecía el mal de las vacas locas

La vaca

Ninguna de las 140 vacas sacrificadas en la cooperativa de Dusejov, en Moravia Occidental, estaba contagiada con el mal de las vacas locas. Los vacunos fueron sacrificados después de que se detectara en Dusejov el primer caso de encefalopatía espongiforme bovina en la República Checa.

Los especialistas suponían que en el rebaño donde se había registrado el primer caso del mal de las vacas locas pudiera haber uno o dos vacunos contagiados. Esta sombría hipótesis no se confirmó. De los 140 vacunos mayores o menores un año que la vaca que había contraído la encefalopatía espongiforme ninguno estaba contagiado con los priones casuantes del mal de las vacas locas. Los animales sacrificados fueron enterrados en una especie de fosa común, en los terrenos de la cooperativa. A pesar de tratarse de vacunos sanos, su carne no podía ser comercializada ya que la legislación checa no lo permite. En caso de que en alguno de los vacunos sacrificados se hubiera detectado el mal de las vacas locas, éste habría sido incinerado.

El ministro de Agricultura, Jan Fencl, manifestó que el sacrificio de los 140 vacunos de Dusejov no fue en vano. A su juicio, el hecho de que no haya más casos del mal de las vacas locas en la cooperativa tranquilizará la situación en el mercado, y es una buena noticia para los consumidores y los ganaderos.

Según representantes de la industria cárnica, los consumidores han podido

ganado vacuno
convencerse de que a pesar de haber alguna vaca enferma en determinado rebaño, el resto de los vacunos del mismo puede estar sano.

Mientras que el primer caso del mal de las vacas locas en la República Checa puede darse por cerrado, nada cambia en las medidas extraordinarias decretadas por los veterinarios checos. Todas las reses sacrificadas en los mataderos deberán ser sometidas a los tests priónicos. Esta semana entra en vigor también la prohibición de usar en salchichas y patés la carne adherida a los huesos para evitar que los productos cárnicos sean contagiados con restos del tejido nervioso que pueda contener eventualmente los priones causantes de la variante humana del mal de las vacas locas, la enfermedad Creutzfeld- Jacobs.