Músicos del mundo entero tocan instrumentos checos
Un gran número de músicos de orquestas filarmónicas de Berlín, Boston, Viena y Praga tocan instrumentos musicales de viento fabricados por la compañía Amati, de la localidad checa de Kraslice. Esta empresa, que durante el comunismo fabricaba todo tipo de instrumentos destinados mayormente a las escuelas de música nacionales, con el paso del tiempo llegó a ser respetada hasta en los mercados más exigentes del mundo, como el de Alemania, Estados Unidos y Japón.
La fase inicial de la fabricación de un instrumento musical de madera puede llevar hasta siete años. Este es el tiempo que se necesita a veces para que se seque debidamente por ejemplo la madera de arce, que se utiliza para la fabricación de fagotes. La propia fabricación del instrumento de viento lleva después unas cuatro semanas.
Amati elabora todos los componentes necesarios para la fabricación del instrumento musical, desde los más pequeños tornillos y cajas de resonancia hasta las fundas y estuches para varios tipos de instrumentos. En total se trata de decenas de miles de componentes.
La compañía checa desea cumplir cualquier demanda de sus clientes. Por ejemplo en España hay interés especial por instrumentos de viento plateados, mientras que en México piden instrumentos de doble afinación.El 95% de la producción de Amati Kraslice está destinado a la exportación, mayormente a Alemania, Estados Unidos, el Japón y el Próximo Oriente. Actualmente la compañía trabaja en la construcción de una nueva y moderna trompa de armonía para un cliente alemán.