Morían jóvenes y contraían matrimonios extraños
En el panteón de los Schwarzenberk, construido en estilo gótico, yacen 26 miembros de esta familia aristocrática, que se inscribió de manera imborrable en la historia de la ciudad de Trebon, situada al sur de Bohemia. Cada uno de ellos se llevó a la sepultura una peculiar historia de su vida.
La familia Schwarzenberk adquirió sus fincas en la ciudad de Trebon en 1660. En parte las compraron y en parte las recibieron por su servicio ejemplar al emperador.
El panteón, que se parece a un pequeño palacio o capilla, fue construido en el siglo XIX por el conde Juan Adolfo II.
La construcción de la cripta duró sólo tres años. Hay quienes explican esa rapidez en cuanto a la finalización de las obras por el mal estado de salud de la mujer del conde, Eleonora.
No obstante, esa dama finalmente murió antes de que la construcción se llevara a cabo, según indicó el administrador del palacio local, Pavel Hoffmann.
"Se dice que Juan Adolfo, que tenía bajo su cargo a unos 230 mil vasallos, no sobresalía de términos medios, fue una persona gris y burocrática y que sus ideas en realidad surgían en la cabeza de su mujer, Eleonora, una dama muy graciosa y enérgica, que regía a la servidumbre".
El edificio de la cripta da la impresión de que fue construida de piedra, pero se trata de una falsa apariencia, ya que fue construida de ladrillos, según explicó Pavel Hoffmann.
"Para conseguir el efecto de un edificio de piedra, los constructores grababan la estructura pétrea en el revoque manualmente con haces de junco y plumas de ocas".
La familia Schwarzenberk disponía de 200 hectáreas de terrenos, un sinnúmero de estanques y 99 fincas.
Es que, si hubieran tenido una finca más, habrían sido obligados a tener su propio Ejército.
Se dice que la familia disponía de tantas propiedades gracias a su lograda política matrimonial, indicó la historiadora Lenka Mikulátíková.
"Por ejemplo, Jorge Luis, se casó a sus 31 años de edad, con Anna Neumannová, una señora muy rica, que tenía en aquél entonces 82 años. Jorge Luis hizo un acuerdo con el emperador: el soberano le prometió que inmediatamente después de que terminara el banquete de la boda, declararía la mobilización y así, en vez de pasar la noche de boda con su esposa, Jorge Luis fue alistado al Ejército".
Antes de que Jorge Luis volviera a casa de la guerra, Anna Neumannová falleció y él heredó sus bienes.
El altar está hecho de mármol triturado de Istria, piedra arenisca y yeso.
En el panteón se encuentran 26 sepulcros con cuerpos embalsamados.
Los miembros de la familia Schwarzenberk morían a menudo a causa de alguna enfermedad, como difteria y neumonia, y muchas veces eran víctimas de acontecimientos trágicos. Muchos de ellos murieron siendo muy jóvenes.
Como por ejemplo Paulina Carlota. Esta dama acudió con su hija a un baile en París, durante el cual se produjo un enorme incendio. Al intentar a salvar a su hija, se le cayó encima una viga y Paulina expiró en las llamas.
Junto a su lado, yace en la cripta su marido Josef, un hombre muy activo. En la región de Bohemia del Sur construyó un mirador, un canal acuático y fundó el archivo del palacio de la ciudad de Trebon, que se convirtió en una de los archivos más grandes de todo el país.
Entre los sepulcros más bonitos figura el sarcófago de la familia de Juan Nepomuceno Schwarzenberk del año 1789, resaltó la historiadora Lenka Mikulátíková.
En la escultura hay figuras que representan la Abundancia y la Justicia, una águila que personifica el amor materno y una estatua del Genio Pequeño que porta en una mano el escudo con el signo familiar, y cuya rodilla reluce notablemente...
A saber, se dice que el que le acaricie la rodilla, adquirirá la sabiduría.
En el sepulcro está colocada asimismo una placa en la que están grabados los textos de las condolencias de luto enviadas por el emperador Francisco José I.
En la cripta están enterrados los cuerpos de los miembros de la familia Schwarzenberk, pero no sus corazones; estos órganos están depositados en estuches especiales en la ciudad de Ceský Krumlov.
En la bóveda hay solamente un corazón del hijo de la pareja fundadora de la cripta, o sea de Juan Adolfo II y Eleonora, indicó Lenka Mikulátíková.
"En 1921, ladrones penetraron en la cripta y abrieron estas sepulturas, buscando oro y joyas. No encontraron nada, pero gracias a este fracasado robo, se averiguó que los cuerpos estaban perfectamente conservados, lo mismo que la ropa y calzado".
En la cripta se efectúan hoy día conciertos, ya que adentro hay una extraordinaria acústica, al buen sonido contribuye además un auténtico ógrano de propulsión de pie.
