Ministro de RR.EE. tranquiliza a alcaldes sobre base de radar estadounidense

La noticia sobre el interés de EE.UU. de instalar una base de radares de defensa antimisil en el polígono militar de Jince, en la sierra de Brdy, despertó miedo y confusión entre los habitantes de la zona. El ministro de RR.EE. checo, Karel Schwarzenberg, se reunió este martes con los alcaldes de las aldeas aledañas para desmentir los rumores sobre la peligrosidad de la base.

Ministro de RR.EE.,  Karel Schwarzenberg  (Foto: CTK)
La falta de información es la queja más frecuente de los habitantes de la zona próxima al recinto militar de Jince, en Bohemia Central, que temen el surgimiento de un "monstruo" que amenace su salud y dañe el medio ambiente.

El ministro de RR.EE., Karel Schwarzenberg, acompañado por el jefe de la sección de operaciones del Ministerio de Defensa, Ivo Zboril, visitó este martes el palacio de Spálené Porící para debatir con quince alcaldes y vicealcaldes de los pueblos de la comarca.

"Quiero informar a la gente. No me presento aquí como un predicador, sino como un ministro que está obligado a contestar a las preguntas de los ciudadanos e informarles. Yo explico y los ciudadanos son lo suficientemente inteligentes como para crearse su propia opinión", apuntó Schwarzenberg.

El ministro logró disipar el temor de que el radar en el polígono militar de Jince será alimentado por un reactor nuclear. La base sería conectada a la red de distribuidores de energía corrientes, disponiendo de un generador de reserva como los hospitales. Con referencia a los riesgos ecológicos, el general Zboril comparó el radar con un microondas.

La delegación ministerial también aseguró a los alcaldes de que la instalación del radar estadounidense no tendría por consecuencia desalojos en las aldeas contiguas, ni tampoco la ampliación del recinto militar.

En cuanto a la decisión de varios alcaldes de convocar un referéndum sobre la base, Karel Schwarzenberg sostuvo que no está en contra, pero opinó que a nivel nacional el referéndum no tendrá opción.

Tras una hora y media el jefe de la diplomacia checa abandonó la reunión contento de haber abierto el diálogo sobre la base. No tan contentos estaban los alcaldes, que pensaron recibir información más concreta, por ejemplo, sobre la ubicación exacta del radar o la posibilidad de abrir localidades atractivas del recinto militar a los turistas. Los alcaldes también desearían escuchar de los políticos qué beneficio aportará el radar estadounidense a las aldeas en las que falta, muchas veces, infraestructura básica como, por ejemplo, el conducto de agua.