Ministro de Asuntos Europeos: “Deberíamos estar contentos de que más de la mitad de la gente apoye la UE”
Hace 20 años, el 77% de los votantes checos se expresó a favor de la entrada de Chequia en la UE. Sobre el histórico referendo y la postura actual de la sociedad checa habló con Radio Praga Internacional el ministro de Asuntos Europeos, Martin Dvořák.
El 13 y el 14 de junio de 2003 se celebró el único referendo en la historia de la República Checa en el que los ciudadanos tenían que decidir si el país entraría en la UE. La participación sobrepasó el 55% y el 77% de los votantes expresó su deseo de sumarse a la comunidad europea.
Martin Dvořák, ministro de Asuntos Europeos, recuerda que el referendo fue uno de los momentos más bonitos en su carrera política y dice que esperaba que el resultado fuera un “sí” inapelable. 20 años después, los checos son menos “románticos” y más pragmáticos, opina el ministro.
“Inmediatamente después del referendo comenzamos un período de nuestra historia en el que empezamos a ser más y más euroescépticos. Desde este punto de vista, deberíamos estar contentos hoy en día con que más de la mitad de la gente, quizás el 60%, apoye la UE. Es como el día de la boda. Ese día uno ama a su pareja, quizás al 100%, pero después de 20 años de vida común tal vez es sólo el 50%. Uno se hace más práctico, pragmático, sabe lo que es estar casado”.
El ministro también recuerda que desde la celebración del contrato por el que Chequia ingresaba en la UE a partir del 1 de mayo 2004, se elevó una gran ola de euroescepticismo por la que las personas empezaron a creer que los políticos de la UE iban a mandar órdenes a Chequia. El segundo problema era, de acuerdo con Dvořák, que los políticos de entonces no explicaron muy bien a la nación que iba a formar parte de una alianza superior en la que uno no se preocupa solo por sí mismo sino también por los demás. De ahí derivó cierta postura utilitaria hacia la UE, la postura de decir solo “dennos el dinero”. Esa postura se nota en la sociedad hasta la fecha y es algo que le gustaría cambiar a Dvořák en su mandato.
“Es muy fácil convencer a la gente que uno tiene razón si se preocupa solo por sí mismo, pero no es así. Este mensaje incluso ayudó a varios a ganar elecciones repetidamente y muchas personas lo aceptaron diciendo: ‘Nos da igual, dennos el dinero y ya está’. Quizás 20 años nos hemos comportado así y yo quiero cambiar eso en estos dos años y medio que me quedan como máximo”.
Por otro lado, se nota que la generación checa más joven adoptó, por lo general, una postura proeuropea, prodemocrática y prooccidental y, como confirma el ministro, así se desprende también de sus encuentros con los jóvenes checos que, hoy en día, tienen la posibilidad de viajar y ver con sus propios ojos cómo funciona Europa, a diferencia de lo que vivió su generación.
“Confío en que nuestra generación joven será mucho más prodemocrática. No quiero decir solo proeuropea porque no es solo sobre Europa, es sobre valores como la democracia, la libertad, los derechos humanos, etcétera”.
De acuerdo con los resultados del sondeo efectuado por la agencia STEM, las emociones positivas de la sociedad checa frente la UE se fortalecieron significativamente debido a la invasión rusa en Ucrania. Los checos se sintieron amenazados y buscaron un aliado fuerte que les protegiera, o sea, el conjunto de los Veintisiete, además de la OTAN. Con el paso del tiempo, no obstante, esta tendencia se ralentizó.
“Desgraciadamente, cuanto más dura la guerra, los checos son menos capaces de entender y menos apoyan la UE. Yo vi los resultados del sondeo. Poco después del estallido de la guerra, la curva de apoyo se elevó muchísimo, después empezó a caer poco a poco. Cuanto más dure la guerra, peor será la postura de los checos en cuanto la afiliación a la UE, desgraciadamente”.
Por otro lado, el conflicto a largo plazo demostró la fuerte cohesión entre los países miembros. Confiesa Dvořák que en la primavera de 2022 pensó que el negocio iba a prevalecer y que los países europeos no iban a querer perder la conexión con Rusia en lo que se refiere al comercio. Más de un año después, el político sostiene que cuanto más se prolonga el conflicto, más se dan cuenta los líderes de los países europeos de que disponen del arma más fuerte, que es la unión, a pesar de que no se pueden ignorar los malos resultados económicos que se derivan de la situación.
Desde su punto de vista, en estos momentos es muy importante luchar contra la desinformación, lo cual es también uno de los objetivos que se planteó para su mandato. El ministro quiere fortalecer el alfabetismo mediático ya desde la educación primaria y confía en que este esfuerzo podría empezar a dar sus frutos en los próximos 15 o 20 años.