Mayores controles de seguridad para el Castillo de Praga
El emblema de la capital checa, el Castillo de Praga, ya no solo se custodia con la presencia de guardias tradicionales al estilo medieval. Estos son realmente un elemento ornamental y el conjunto arquitectónico pretende protegerse con controles de seguridad de última tecnología.
Hace unos años se podía deambular por los exteriores del Castillo de Praga y acercarse a todo el complejo arquitectónico libremente. No obstante, desde 2016 los visitantes hacen cola ante cuatro puestos de control de seguridad, es decir, marcos detectores de ciertos materiales y cubiertos por un techo de madera.
La Administración del Castillo tiene ahora la intención de llevar a cabo un proceso de renovación de tales marcos que, según David Rožek, analista de seguridad, ya merecen un cambio. Rožek comenta a la Radiodifusión Checa sobre las estructuras que ahora se encuentran protegiendo las inmediaciones del Castillo."Estos marcos los solemos usar en organismos del Estado, por ejemplo en el tribunal, en el aeropuerto había también de este tipo. No obstante, estos están destinados a áreas cerradas. Los de exteriores son aptos para una gran afluencia de personas que rápidamente deben pasar bajo, digamos, lo que es el marco de seguridad. Estos de interiores están aquí afuera por una cuestión de precio. Los controles de seguridad de áreas abiertas son mucho más costosos".
Agrega que aunque los actuales se mantienen en pie, no son de última generación y ya son susceptibles a algún de tipo de daño, quizá invisible, pero que reduciría su grado de precision al momento de detectar materiales peligrosos.Según el portavoz del Castillo, Jiří Ovčáček, el cambio de los puestos de seguridad y la inversión requerida para ello está bien justificado, como a continuación comenta.
"Desde el punto de vista de los parámetros tecnológicos de estos aparatos, es necesario hacer regularmente un cambio generacional. Eso significa que se trata de una cuestión estándar que se realiza en cada institución que hace uso de estos mecanismos".
El Castillo de Praga, que data del siglo IX, es uno de los monumentos más emblemáticos de la ciudad. Por ello, en torno a todo su conjunto se aglomeran cantidad de turistas a lo largo del año y se sospecha que los pasos de control más bien generen complicaciones al momento de visitar la edificación.
"Con este sistema se van a proteger los lugares sobre los cuales ya hemos informado. Me refiero a los espacios de acceso al Castillo de Praga, pero no puedo informar sobre otras localizaciones porque es un asunto de táctica y de seguridad. En cualquier caso, nuestro objetivo es simplificar lo más posible la entrada al Castillo, de manera que sea un proceso cómodo y que la gente no tenga que hacer colas innecesarias", explica Ovčáček.Lo engorroso de acceder al castillo probablemente no será una excusa para dejar de visitarlo. Una joya arquitectónica que alberga a la catedral, al convento y la basílica de San Jorge y al antiguo Palacio Real, que fue durante varios siglos la sede de los reyes checos, quizá merezca tiempo y paciencia.