Los turcos enseñaron a los checos a tomar café
Cuando en invierno sopla un viento glacial y las heladas dibujan sus fantásticas flores sobre los cristales...Cuando nos sofoca en verano un calor abrasador, siempre es bienvenido un... ca-fe-ci-to. ¿Cómo y cuándo se enteraron los checos de la existencia del café? ¿Dónde abrió sus puertas la primera cafetería checa? Cómo se preparaba el café en la legendaria cafetería Union, en Praga? ¿Cuánto café consumen hoy los checos? A todas estas preguntas responderemos en este Panorama Checo, preparado gracias a la inspiración que emana del inestimable, insuperable e inigualable CAFÉ.
¿Se sabe dónde y cuándo surgió la primera y quién la fundó? El café se dice en checo KÁVA. El nombre de la infusión proviene de la palabra turca KAHVA. Dicho esto, ya no nos puede sorprender que una de las primeras cafeterías en el Reino Checo haya sido instalada en 1702 por Ahmed, un turco convertido al cristianismo.
¿Dónde? En la ciudad de Brno. Sin embargo, algunos historiadores sostienen que Brno no tiene la primacía. Argumentan que en la ciudad de Jindrichuv Hradec, en Bohemia del Sur, un turco bautizado vendía café a su clientela ya en 1698.
Los checos cultos ya habían conocido el café - por lo menos en la literatura- cien años antes de instalarse las primeras cafeterías. Al café se refería en su libro de viajes el noble Herman Cernín, quien en 1598 había visitado con su amigo, el hidalgo Krystof Harant de Polzice y Bezdruzice, Egipto y Tierra Santa. Durante su viaje, Cernín conoció de cerca la predilección de los árabes por el café.
Según fuentes fidedignas, a principios del siglo 18 vendía café en Praga el árabe Deodato Damayan, oriundo de Damasco. Recorría las principales calles de la capital en su exótico atuendo. El cafetero que lucía un vistoso turbante, portaba un recipiente que contenía café caliente que vertía en pequeñas tacitas.
En 1714 Deodato fundó en la calle Karlova, en la Ciudad Vieja de Praga, la primera cafetería praguense denomiada "Café de la Serpiente de Oro". En el mismo año empezó a vender café en una tienda situada en el barrio de Malá Strana. Muy cerca, en la casa de los Tres Avestruces, Deodato instaló otro famoso café praguense. Después, otros hombres emprendedores instalaron nuevos y nuevos cafés.
El consumo del café, traído a Bohemia desde países exóticos, se arraigó también en el campo. En las aldeas fomentaban el hábito de beber café los sacerdotes, creyendo que de esta manera bajaría el consumo del aguardiente. Al café se aficionaron las mujeres y los varones siguieron tomando aguardiente.
La propagación del consumo del café en las aldeas checas a finales del siglo 18, a veces daba lugar a situaciones que hoy nos parecerían cómicas. Acontencía que los aldeanos cocían el café sin tostar, obteniendo una infusión cuyo sabor era asqueroso. Otros ponían los granos de café en remojo durante varias horas como si fuesen frijoles.Al principio, el café tenía en el pueblo fama de medicamento.En el siglo 19, el café conquistó definitivamente las tierras checas. En la dieta del pueblo sustituyó a las sopas de cerveza que se tomaban en el desayuno y en la cena.
En los salones burgueses, las finas damas celebraban placenteras tertulias bebiendo café de diminutas tacitas de porcelana, sentadas alrededor de una mesa en cuyo centro se veía el oloroso pastel denominado bábovka.
El escritor y periodista Jan Neruda afirma en su jocosa crónica "El café y el té", escrita en 1874: "Nosotros tomamos el café de día y de noche. Por la mañana para espabilarse y por la noche para dormirse, en las horas matinales para llenarse el estómago y al mediodía para mejorar la digestión. Aquí en Bohemia, donde todavía se bebe poco té, el café es para nosotros, entre las bebidas, lo que son las papas y el pan entre los alimentos".
Además del Slavia, Praga tenía en el pasado otro legendario café- el Union. En el siglo 20 se sentaban en torno a sus mesitas los hermanos Capek, Jaroslav Hasek, el poeta Vítezslav Nezval y el pintor Josef Lada.
A la cafetería Unión se la llevó el torbellino del tiempo, pero no han caído en el olvido las recetas de los cafés especiales que se preparaban allí. Receta para la preparación del café Union: Mezclamos crema fría con azúcar. En el café caliente ponemos una pizca de canela y añadimos la crema con azúcar y brandy. En una taza calentada ponemos una ciruela macerada en alcohol, añadimos 4 cucharaditas de ponche, y vertemos en la taza el café.
Te diré cómo se preparaba el café de Petr Fastr que también disfrutaban los insignes personajes que frecuentaban la cafetería Union: en un vaso espolvoreado con azúcar ponemos el polvo de cacao y una copita del licor de hierbas Praded. Mezclamos y vertemos en el vaso el café muy caliente hasta alcanzar dos centímetros del borde. Ponemos por encima crema de leche y decoramos con chocolate rallado.
Las estadísticas revelan que las jóvenes generaciones checas beben menos café que las anteriores. Mientras que los checos lideran el ranking mundial del consumo de cerveza per cápita, en el consumo del café son colistas, me parece.
Tienes razón. Los checos consumen anualmente 2 kilos y medio de café por persona. En la vecina Alemania son 7 kilos per cápita. Pero no hay que desanimarse: el mercado de las cafeterías está en expansión en la República Checa.