Los socialdemócratas apuestan por un Estado más social y mayores impuestos para los ricos

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El Partido Socialdemócrata checo cuenta en su programa electoral con mejorar el estándar de vida del país y profundizar en el estado del bienestar. Las mayores ventajas sociales serían sufragadas en su mayor parte aumentando la presión fiscal sobre las empresas y personas de mayores ingresos. Más información con Carlos Ferrer.

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Mientras que la derecha checa apuesta por reducir el déficit estatal y realizar una política frugal de gastos estatales, la socialdemocracia cree necesario invertir en el Estado social checo y garantizar a sus ciudadanos una calidad de vida similar a la del resto de países de Europa Occidental. O al menos eso es lo que prometió este sábado en Teplice, durante la presentación de su programa para los comicios de mayo.

Entre otras medidas, el partido cuenta con cancelar las tasas por servicios médicos, establecer una paga extra de 100 euros para los pensionistas o construir viviendas de protección oficial para los ancianos.

La cuestión es de dónde van a sacar los socialdemócratas los fondos necesarios. Según el líder de la formación, Jiří Paroubek, será necesario hacer una reforma fiscal.

Jiří Paroubek,  foto: ČTK
Reintroduciremos el impuesto progresivo para las personas físicas. Contamos con que el Gobierno hará efectivas el uno de enero de 2011 todas las disposiciones para la vuelta de los impuestos justos”.

Actualmente todos los contribuyentes pagan el 19 por ciento de sus ganancias en la declaración de la renta, independientemente de su nivel de ingresos. Además, los socialdemócratas quieren aumentar el gravamen del alcohol y tabaco, aumentar el impuesto para las personas jurídicas hasta el 21 por ciento, entre otras medidas fiscales.

“El programa de la socialdemocracia es igual de probable que las 15.000 pensiones que prometió y poco después desmintió. Simplemente son promesas irrealizables, y como yo digo, las promesas son errores”.

Para sufragar el mayor nivel de gastos, el equipo de Paroubek espera contar también con casi 30.000 millones de euros de los fondos de cohesión europeos, así como con otros grandes aportes procedentes de las ventas de derechos de emisión de gases contaminantes, la puesta en marcha de proyectos con capital tanto público como privado, los beneficios de las empresas estatales y los préstamos a bajo interés del Banco Europeo de Inversiones.