Los frutales checos, en peligro

Foto: Štěpánka Budková

Chequia está sufriendo una desaparición masiva de campos de árboles frutales. Los fruticultores se rinden ante la presión de las grandes cadenas comerciales y el embargo ruso, que ha provocado precios dumping por parte de muchos productores europeos.

Foto: Štěpánka Budková
La huerta checa ha quedado diezmada en los últimos doce meses. Literalmente, ya que uno de cada diez campos ha desaparecido en comparación con el año pasado. Dicha cifra representa una reducción de unas 1.700 hectáreas del terreno nacional destinado al cultivo de árboles frutales.

Los datos facilitados por la Cámara de Productos Alimenticios de la República Checa ponen en evidencia que se trata de una tendencia a largo plazo, ya que los terrenos laborables se han reducido en el 20% en los últimos cuatro años.

“Los fruteros se ven obligados a reducir el precio sobre todo por la presión de las grandes cadenas comerciales. De esa forma deben de continuo aumentar su rendimiento e intensificar la producción para ser competitivos”, indicó el presidente de la Unión Frutera Checa, Martin Ludvík.

La cosecha no se rentabiliza

Foto: Kristýna Maková,  Archivo de ČRo - Radio Praga
Los precios de la fruta se encuentran a un nivel tan bajo que muchas veces no se rentabiliza recoger la cosecha, ya que las ganancias están muy por debajo de los costes. El año pasado un kilogramo de manzanas se vendía por 1,30 CZK (0,05 EUR) y nadie quería recogerlas porque los costes salían a 2,- CZK por kilogramo, señalan los fruteros.

El mayor hundimiento de precios se produjo en 2014 tras la introducción del embargo ruso contra los productos alimenticios producidos en la Unión Europea.

La República Checa sufrió los impactos de manera indirecta, ya que los grandes productores de frutas más afectados por dicha medida, como Polonia, comenzaron a exportar fruta a países vecinos por precios muy bajos con lo que los fruteros checos dejaron de ser competitivos.

Autor: Roman Casado
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