Los checos no quieren trabajar en el extranjero
Según un reciente estudio realizado para el Gobierno checo, el número de ciudadanos de países de la Unión Europea que trabajan en la República Checa es muy superior al de los checos que laboran en otros estados comunitarios. A finales de 2007 había en la República Checa más de 144 mil trabajadores extranjeros, mientras que sólo unos 70 mil checos laboraban en otros países comunitarios.
El ministro de Trabajo y Asuntos Sociales, Petr Nečas, señaló que consideraba innecesarias las medidas restrictivas que aplican en su mercado laboral Alemania, Austria, Bélgica y Dinamarca para impedir el acceso de mano de obra extranjera.
“El libre movimiento de capitales, servicios y personas es uno de los pilares fundamentales de la Unión Europea. No deberíamos permitir que alguien hable de la integración europea y en la práctica viole sus principios, como lo hacen políticos de Austria y Alemania”, dijo Nečas.
A petición de la República Checa y de otros nuevos países comunitarios, la Comisión Europea estudiará la justificación de la preservación de las medidas restrictivas. Los resultados se conocerán a más tardar en marzo del próximo año. En Bruselas se acordó originalmente que los viejos países comunitarios podían limitar la entrada de mano de obra extranjera hasta mayo de 2011. La mayoría de los países comunitarios, no obstante, abrió su mercado laboral mucho antes.Sobre la posibilidad de trabajar en el extranjero hemos hablado en esta A Toda Marcha con Jarmila y Jan, dos ciudadanos de Praga. Jarmila, de 48 años de edad, señaló que para los jóvenes puede resultar interesante esa experiencia, pero que a ella no le atrae.
“A mí no se me ha ocurrido ir a trabajar al exterior, no me interesa. Pero creo que si tuviera unos 20 años menos, lo pensaría. Puede ser una buena oportunidad para adquirir nuevas experiencias y conocer cómo se vive en otros países. Y, lo fundamental para mí, sería poder perfeccionarme en idiomas extranjeros”, dijo Jarmila.
Jan recalcó que algunos de sus amigos se marcharon al extranjero en busca de mayores ganancias, pero ya han regresado. Unos contentos, otros menos, porque hacían trabajos de temporada y no encontraron empleo en su profesión.
“Hace unos años también he pensado probar mi suerte en el extranjero. Entonces muchos checos se iban al exterior en busca de mayores ganancias especialmente. Pero no quería trabajar en labores de temporada o en una profesión que no fuera la mía. Ahora ya no me atrae, porque tengo un empleo bien remunerado”, señaló Jan.
Jan afirma que muchos checos que van a trabajar al extranjero son personas con educación básica que no dominan idiomas extranjeros y no tienen ni idea de lo que les espera. Con la primera complicación quedan desilusionados y vuelven a casa.“Antes de salir al extranjero, uno debería saber algo sobre cómo se vive en tal o cual país, cuáles son las posibilidades laborales y conocer también las costumbres de los habitantes. Muchos checos no se interesan y luego llega la desilusión. Diferente es el caso de especialistas con educación superior, por ejemplo, los médicos. Éstos se marchan al extranjero porque los sueldos en la República Checa siguen siendo bajos en comparación con otros países comunitarios”, sostuvo Jan.
Jarmila coincidió que los motivos financieros son el motivo principal por el que algunos checos quieren trabajar en el extranjero y, en especial, en algún otro país de la Unión Europea.
“En la República Checa es posible encontrar buen trabajo como en cualquier otra parte, más cuando uno tiene educación universitaria y domina idiomas extranjeros. No obstante, en comparación con otros países comunitarios, los salarios aquí son bajos”, señaló Jarmila.
De un reciente análisis realizado para el Gobierno checo se desprende que sólo un 15 por ciento de las empresas en la República Checa han registrado un éxodo de sus trabajadores al exterior. Los checos que prefieren trabajar en el extranjero son relativamente pocos, según las estadísticas.