Los checos de Volinia, la minoría nacional checa en Ucrania que ahora sufre las consecuencias de la invasión rusa
Aun a día de hoy existe una comunidad tradicionalmente checa en distintas partes de Ucrania. Ahora están sufriendo la guerra contra Rusia, y algunos están siendo evacuados.
Ucrania tiene una minoría nacional checa. Esta comunidad es comúnmente conocida como los ‘checos de Volinia’, aunque sus antepasados se establecieron no solo en la región de este mismo nombre sino también en el oeste del país, en Crimea.
Esta curiosidad es poco conocida, ya que muchos ucraniano-checos aprovecharon la oportunidad de volver a su patria ancestral después de la Segunda Guerra Mundial y después de la caída del comunismo, en 1989. A pesar de esto, aún hay varios miles de ciudadanos que siguen en Ucrania. Ahora, igual que todo el resto de la población, están experimentando las dificultades de la guerra causada por la invasión rusa.
Zdeněk Štěpánek fue probablemente uno de los actores de teatro y cine checos más famosos del siglo XX, pero también fue un veterano de guerra. Mientras servía en el ejército austrohúngaro durante la Primera Guerra Mundial, fue enviado al frente oriental, y luego atravesó la actual Ucrania occidental. Allí vivió un incidente inesperado, que recogió en sus memorias muchos años después. Para su sorpresa, conoció un ciudadano ucraniano de habla checa cuando estaba de reconocimiento por la zona.
“Nos ordenaron, a nuestro pelotón, que fuéramos al pueblo de Malinovka, a unos 16 kilómetros de distancia, para averiguar si había presencia enemiga. El pueblo estaba desierto. Entré en uno de los edificios y para mi sorpresa me recibió en la puerta un abuelo canoso y algo encorvado. Se mudó aquí hace muchos años desde un pueblo cerca de Jedovnice. Me ofreció un poco de leche y me entregó un periódico con una sonrisa extraña. Lo observé con asombro. ¡Era el ‘Checo-Eslavo’! Un periódico en idioma checo impreso y publicado en Rusia”.
Este anciano era uno de los aproximadamente 16 000 checos que llegaron a Ucrania a finales de la década de 1860. En su mayoría eran agricultores pobres que esperaban mejorar sus condiciones de vida con la promesa de tierras baratas y fértiles. La inmigración a esta zona fue apoyada y abanderada por las autoridades rusas en ese momento.
El zar Alejandro II, que llegó al poder en 1855, quiso liberalizar el sistema monárquico. Con la Revolución Industrial en pleno apogeo en Europa Occidental y Estados Unidos, Rusia, con una economía basada en la agricultura, se estaba quedando atrás. El zar decidió abolir la servidumbre, la base del sistema socioeconómico ruso, algo que llevó al colapso de muchas de las grandes propiedades de la nobleza. Necesitaron una nueva clase de agricultores dispuestos a introducir técnicas nuevas y modernas.
Otro factor que influyó en el fomento de la inmigración por parte de las autoridades rusas fue el Levantamiento de Enero. En ese momento, parte de Polonia estaba bajo control ruso y en 1863 tuvo lugar una insurgencia sin éxito que fue ampliamente reprimida. Gran parte de la tierra en lo que ahora es Ucrania occidental era propiedad de aristócratas polacos que se rebelaron contra el zar. Muchos de ellos fueron ejecutados o enviados al exilio siberiano, y sus propiedades fueron confiscadas. Alejandro II, pues, tenía muchas hectáreas de tierra que necesitaban ser cultivadas.
La ‘colonización’ checa, importante para el desarrollo
A partir de 1867, tanto en Bohemia como en Moravia, se organizaron los reasentamientos de familias. La ‘colonización’ checa avanzó bastante rápido: en los primeros diez años, los checos se establecieron a unas cien aldeas de Ucrania. Después, las comunidades continuaron emigrando a otras áreas y, antes de la Segunda Guerra Mundial, estaban en al menos 634 municipios.
Otro capítulo crucial de este proceso fue la llegada de los protestantes checos, que habían estado viviendo en el oeste de Polonia desde el siglo XVIII. Alexander Drbal, un ucraniano-checo, concedió una entrevista a la radio hace ya algunos años.
“Nuestros antepasados abandonaron las tierras checas en el siglo XVIII, en 1743. Se trasladaron primero a la Silesia prusiana y de allí a Polonia, donde fundaron la ciudad de Zelow. Luego viajaron a Ucrania en 1862. Algunos fueron a la ciudad de Brod y se establecieron en el sur, mientras que otros pasaron por Crimea y fundaron otros pueblos allí. Alrededor de cuatro asentamientos en el sur de Ucrania fueron erigidos por los protestantes checos. En 1905 fundaron el pueblo Bohemka, que todavía existe a día de hoy”.
Sin embargo, la mayoría de los checos en Ucrania eran católicos. Trabajaron decenas de miles de hectáreas de tierra, miles de hectáreas de bosques e hicieron una contribución significativa al desarrollo económico de las áreas donde se asentaron. Desde la Asociación de Checos de Volinia afirman que se construyeron 16 cervecerías, cinco refinerías de azúcar, más de cien molinos, talleres mecánicos, lecherías y una gran cantidad de pequeños talleres artesanales. También construyeron sus propias escuelas y fundaron organizaciones sociales, según explicó Drbal.
“La comunidad checa estaba muy viva allí. Había cuerpos de bomberos checos y compañías de teatro. También se establecieron asociaciones como la Beseda Checa en Zdolbúnov y la Asociación Checa de Jan Amos Komenský en Kíev, en 1906. Se publicaron algunos periódicos como el ‘Checo-Eslavo’, y se intentó fundar otro en la ciudad de Chejograd, en los años 30. Hay que decir que hasta 1928, incluso en la Unión Soviética, los ciudadanos podían organizarse y tomar estas decisiones”.
Sin embargo, tras la revolución bolchevique y especialmente con la llegada al poder de Stalin, la represión empezó a trastornar la vida de la comunidad checa en Ucrania. Muchos de ellos terminaron en los gulags o campos de concentración, especialmente aquellos miembros más educados y socialmente activos de la comunidad.
Durante la Segunda Guerra Mundial y la ocupación nazi, los checos ucranianos sufrieron nuevamente unos años muy duros. Sirvieron en el Ejército Rojo y, con el fin de los combates en 1945, permanecieron en Checoslovaquia.
Varios miles de ucranianos-checos aún permanecen en Ucrania a día de hoy. Por ello, algunas ONG checas están tratando de ayudarlos a superar la crisis actual, fruto de la guerra con Rusia. A principios de marzo, 88 ucranianos de habla checa ya habían sido evacuados a la República Checa, y se están realizando preparativos para nuevas evacuaciones.