Los centros de cuidado infantil para menores de tres años cerrarán a partir de enero de 2025

En enero de 2025, Chequia cerrará los centros infantiles para menores de tres años, reemplazándolos por familias de acogida y otras alternativas; expertos advierten que el proceso aún enfrenta obstáculos significativos.

Los centros infantiles (kojenecké ústavy en checo), que se encargan del cuidado de los niños más pequeños, dejarán de funcionar a principios del próximo año. Esto viene como resultado de una legislación histórica aprobada en 2021, que definió el cuidado institucional como ilegal para niños menores de tres años de edad. Sin embargo, con la pronta llegada de este cambio, todavía existen preocupaciones sobre el destino de decenas de niños. El plan actual es buscarles familias de acogida o trasladarlos a instituciones especializadas hasta enero.

Foto ilustrativa: Jana Káninská, Český rozhlas

Cada año, el número de niños con tres o menos años en estas instituciones disminuye. La Radio Checa entrevistó a Petra Kačírková, directora del Departamento de Política Familiar, Protección de Niños e Inclusión Social en el Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales de la República Checa. Aunque la clausura de las instituciones se pospuso un año, la experta expresó que se siente optimista con respecto a la transición que se aproxima.

“Sí, creo que será exitosa porque el Ministerio de Trabajo ofrece actualmente mucho apoyo a las instituciones relevantes para encontrar la respuesta adecuada para aquellos niños que todavía no cuentan con una solución permanente. Al mismo tiempo, muchos de estos centros ya están preparados para operar bajo un sistema diferente a partir de enero para proporcionar un servicio distinto”.

Muchas de estas instituciones infantiles en la República Checa están en funcionamiento desde la primera mitad del siglo XX. La primera abrió en 1922 en Praga y el auge de estos centros llegó durante la era del comunismo, cuando el Estado se encargaba de estas instituciones. Sin embargo, el sistema ha sido criticado numerosas veces por su ineficacia, como explicó Kačírková.

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“Los estudios realizados desde los años 50, no sólo fuera, sino también dentro de nuestro país, han mostrado que el cuidado para estos niños ha sido cuidado en masas, lo que puede llegar a ser muy dañino. Esta no es una crítica para el personal que trabaja allí, los cuidadores y las niñeras, sino para el sistema en general. El sistema establecido, a pesar de ser muy caro, no beneficia a estos niños en absoluto. Al contrario, les dañó a largo plazo y les hizo sufrir por la falta de apego emocional, ya que no experimentaron el cuidado de una persona específica en su infancia temprana”.

Las alternativas de cuidado para los más de 120 niños afectados por esta clausura son variadas. Algunos de ellos con serias discapacidades irán a centros donde podrán recibir atención hospitalaria a largo plazo. Entre las opciones más adecuadas para los demás niños se cuentan las familias de acogida, aunque en los últimos años estas escacean en la República Checa.

Para mejorar la situación, el Parlamento checo aprobó una enmienda de la ley de protección social y legal de niños, que aspira a incrementar el número de las familias de acogida en el país. Asimismo, se organizan muchas campañas regionales y caritativas.