Los caminos de la imaginación conducen a "Shimanbey"
Si uno visita en estos días la galería "Sala Nueva", de Praga, puede observar en directo el proceso de la creación del proyecto "Shimanbey", del pintor Otto Placht. Las paredes de la sala principal están cubiertas por decenas de metros de textil, en los que Otto Placht plasma su visión sobre "Shimanbey", la tierra mítica oculta en el corazón de la selva amazónica.
"El Puente de Carlos simboliza un puente entre las culturas que intento crear por medio de este proyecto. El arte, según mi juicio, tiene siempre las mismas raíces y una única meta: unir la fantasía con la realidad".
En el centro de la sala hay una balsa, denominada por el autor "Amazeon".
"Mi idea es construir una balsa de grandes dimensiones que serviría como un espacio multifuncional y que flotaría en un lago en el corazón de la selva amazónica. En el centro tendría algo como una catedral natural con un amplio espacio para ceremonias y rituales. En sus alrededores un teatro, un taller artístico y un pequeño restaurante".
La selva amazónica es la principal fuente de inspiración del autor. Otto Placht viajó a Perú. El país y la selva amazónica le fascinaron a tal punto, que se quedó allí a vivir por varios años. Se asentó en la comunidad indígena de San Francisco de Yarinacocha, donde se casó y construyó una casa.En Perú conoció al pintor Pablo César Amaringo, fundador de la Escuela de Pintura Amazónica Usko-Ayar. Este chaman y pedagogo abrió ante Otto Placht nuevos mundos.
En Perú, Otto Placht se familiarizó con el chamanismo, conoció la vida de los indígenas y se identificó con su cultura. Todo ello cambió su estilo artístico.
"La magia de la selva amazónica y la experiencia con la "ayahuasca", una bebida alucinógena que se consume con fines rituales en pueblos indígenas, abrieron ante mí nuevos mundos y espacios. Además, comprendí mucho sobre los colores, que en la selva los preparaba yo mismo".
En Perú, Otto Placht aprendió a dedicarle a la pintura toda su energía emotiva y a plasmar en los cuadros los estados de su alma. Pintar se convirtió para él en una necesidad vital que le ayuda a apartarse de los demonios que, según afirma, todos llevamos dentro de nuestras almas.
El estilo de Otto Placht se caracteriza por colores vivos, ornamentos geométricos y motivos de la naturaleza. Casi nunca faltan recuerdos, que aparecen en forma de fragmentos de rostros o figuras. Su obra combina de manera sofisticada la pintura europea y la experiencia adquirida en la selva amazónica.
Las paredes de la sala principal de la galería "Sala Nueva", de Praga, se convierten actualmente en un grandioso mural. El artista prevé terminar el 25 de enero su trabajo sobre "Shimanbey", lugar mágico al que, según asegura, conducen los caminos de la imaginación de cada uno.