Los bosques checos se encuentran entre los más enfermos de Europa
Los bosques checos se encuentran entre los más enfermos de Europa, según demuestra su alto índice de defoliación. Además se hallan amenazados por la erosión de los suelos y el monocultivo. Este es el panorama que presentan las zonas forestales del país coincidiendo con la Semana Europea de los Bosques, que termina este viernes.
Y es que al 75 por ciento de las coníferas checas, es decir, de árboles como pinos o abetos, les falta al menos una cuarta parte de sus hojas. Este resultado que contrasta con la fuerte salud de la vegetación irlandesa, danesa o finlandesa, donde menos del 10 por ciento de los árboles presentan defoliación.
Jaromír Bláha, de la organización ecologista Arco Iris, señala las consecuencias de la intensa actividad industrial en el país durante el siglo XX como uno de los principales problemas de las zonas forestales checas.
“Ante todo se trata de la carga que suponen las substancias químicas que se emitieron en el pasado y que a través de la lluvia se filtraron hasta el suelo y dañaron los nutrientes. Lo que se llama lluvia ácida. Por eso no se puede solucionar el problema enseguida. Es cuestión de varias décadas”, explicó.
Otra de las grandes amenazas, según Arco Iris, es la manera en la que se practica la tala en el país: despoblando totalmente grandes extensiones de bosque. De esta manera los terrenos se erosionan más fácilmente. En la opinión de Blaha sería necesaria una nueva ley sobre el tema.“Sería necesario que el Gobierno aprobara una nueva ley forestal que redujera la superficie de tala. Actualmente es de una o dos hectáreas. Nosotros creemos que debería ser de 0,3 hectáreas como máximo. Es decir, la explotación de los bosques debería hacerse talando árboles aislados en lugar de grandes superficies”, declaró.
El tercer problema es el monocultivo de coníferas. En la República Checa durante años se reforestó con abetos, que crecen más rápido y cuya madera se comercializa mejor. No obstante las coníferas no ayudan a regenerar el suelo tanto como los árboles de hoja caduca y además son más frágiles, como nos cuenta Martin Dušek, de la Asociación Checa de Defensa de la Naturaleza.
“El monocultivo clásico de abetos, de una misma especie y de la misma edad, son muy inestables porque tienen únicamente una altura y cuando sopla viento fuerte sus troncos tan altos y con una copa tan pequeña se quiebran fácilmente”, afirmó.
A pesar de todo, durante esta Semana Europea de los Bosques también se han constatado datos positivos. Las zonas forestales checas no han dejado de crecer en los últimos años. En 2007 había en la República Checa 2,7 millones de hectáreas de bosque, lo que supone 2.000 más que en el año anterior, según datos del Ministerio de Agricultura.
La extensión de los bosques europeos se ha incrementado en 13 millones de hectáreas durante los últimos 15 años. Es una tendencia opuesta a la del resto del mundo, donde cada año desaparecen más de 10 millones de hectáreas de bosque. Se calcula que la deforestación es responsable de un 20 por ciento de las emisiones globales de gases de efecto invernadero.