Los bancos checos son los séptimos más caros de Europa
Los bancos checos son los séptimos de la Unión Europea que más comisiones cobran a sus clientes, según un informe publicado por la Comisión Europea. También la transparencia de las instituciones financieras de los países de los Veintisiete fue examinada por el estudio.
Un checo paga de media unos 95 euros anuales en comisiones bancarias por una sola cuenta. Bastante menos que en Italia, donde el gasto se dispara hasta los 253, pero también bastante más que en Bulgaria, donde tan solo supone unos 27 euros al año.
Jan Macháček, subdirector ejecutivo de la Asociación Checa de Bancos, opina que en las comisiones se sustenta la calidad del sistema bancario.
“Lo que hay que señalar es que las comisiones que aquí se cobran hacen que el sector bancario checo goce de buena salud, a diferencia de muchos países de Europa del Este, y, lo más importante para los clientes, que sea seguro”.
Lo cierto es que en la República Checa se pagan comisiones impensables en otros países, como por retirar efectivo de un cajero automático o por ingresos en cuenta. Pero el comportamiento de los clientes no da razones para que las instituciones financieras checas bajen sus comisiones, como explica el economista Petr Zámečník.
“El problema es que los clientes son muy reticentes a cambiar de banco, y no es por otro motivo que para evitarse los trámites administrativos, aunque estos no sean tan complicados”.
La Comisión Europea establece una fuerte correlación entre altas comisiones y falta de transparencia. Según advierte la institución, el estudio se realiza con cuentas que no registran muchos movimientos, ya que en el caso de cuentas muy activas resulta casi imposible saber a cuanto ascienden los gastos en comisiones en muchos países. Pero en este caso, la República Checa es una excepción, según el informe, del que se desprende que los bancos del país informan razonablemente sobre los gastos que se pueden derivar de todas las operaciones.
Esto puede explicar el descontento de muchos extranjeros que viven en Chequia por la cantidad de comisiones que tienen que abonar, ignorando que probablemente en su país resulten más caros los servicios bancarios. Ese es el caso de por ejemplo Francia, Austria o España. Mientras Portugal es el segundo país más barato de los Veintisiete, su vecina España es el segundo más caro, con un gasto medio anual de 178 euros y ha recibido las críticas de la Comisión Europea por su falta de transparencia.