Lavadora automática: uno de los mejores inventos del siglo XX

Foto: Štěpánka Budková

Hace poco he conversado con una amiga mía sobre los trabajos domésticos, -domácí práce- y hemos coincidido que uno de los mayores inventos, -vynález-, del siglo XX fue la lavadora automática, -automatická pračka-.

Yo pienso lo mismo, aunque, naturalmente, ésta opinión la respaldarán, según creo, todas las mujeres que se preocupan por el orden y la limpieza, -pořádek a čistota- de su hogar.

Estoy casi segura que los hombres destacarían otros inventos científico-técnicos, por ejemplo las comunicaciones inalámbricas, -bezdrátové spoje-, el radar, -radar-, o el descubrimiento de la penicilina, -vynález penicilínu-.

Lavar la ropa actualmente no cuesta ningún trabajo, -nevyžaduje žádnou práci-. Basta con que aprietes un botón, -stačí zmáčknout knoflík- y ya sólo queda esperar que la lavadora automática lave tu ropa, -vypere tvé prádlo-.

Y no sólo la lava, sino también la escurre, -vyždíme- y, en caso de tener incluida una secadora, también la seca, -usuší-. Si no la tiene, debemos sólo tender la ropa en un tendedero, -pověsit prádlo na šnůru- y ya está.

Se te olvidó decir que la mayoría de las prendas de vestir hay que plancharlas todavía, -vyžehlit-.

A mí me encanta planchar, -žehlit-, así que esa tarea, -úkol-, no lo considero un trabajo, -práce-, sino más bien una entretenimiento, -zábava-.

Para mí, en cambio, es una obligación muy desagradable, -velmi nepříjemná povinnost-. Aclaremos que obligación se dice en checo -povinnost- y desagradable se dice –nepříjemná-, si se vincula con el género femenino y –nepříjemný-, cuando se relaciona con el género masculino.

Hablando de lavadoras, -pračky-, recuerdo que mi abuela lavaba la ropa, -prala prádlo- todavía con jabón, -mýdlo-, en una artesa de madera, v -dřevěných neckách-, que en nominativo es -dřevěné necky-. Y utilizaba además, una tabla de lavar o, si quieren, estregadera, -valcha- en checo. En aquellos tiempos existían ya las lavadoras, aunque no eran automáticas, pero mi abuela desconfiaba de ellas y prefería lavar a mano, -prát v ruce-.

Por suerte, aquellas épocas en que las labores domésticas quitaban mucho tiempo y energía a las amas de casa pasaron ya a la historia.

Queda por inventar todavía por ejemplo, una máquina que lave automáticamente las ventanas, pero lo demás ya no cuesta tanto.

Lo que sí puede costarles un poco más de esfuerzo, amigos oyentes, es aprenderse las nuevas expresiones en checo que hemos incluido en la presente lección.

Para el estudio tienen una semana entera, ya que la nueva lección de checo la transmitiremos en Radio Praga el próximo miércoles.