“Las sanciones de Occidente no obligarán a Rusia a parar su agresión contra Ucrania”
A pesar de las duras sanciones aplicadas por Occidente, Rusia no pretende detener la agresión contra Ucrania. De acuerdo con el historiador checo, Jakub Rákosník, después de la guerra, será necesario restablecer los contactos comerciales con Moscú.
La invasión rusa a Ucrania pasará a formar un importante capítulo de la historia mundial de comienzos del siglo XXI, aseguró el historiador Jakub Rákosník de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Carolina de Praga, en entrevista para la Radio Checa. Apunta que Putin estuvo preparando sus planes agresivos con mucha antelación.
”Hay una frase legendaria del pensador liberal francés Fréderic Bastiat, que dice que cuando las fronteras no las cruzan las mercancías, las cruzan los ejércitos. En cierta medida esto es cierto. El comercio global se desarrolla desde hace unos 500 años y entre los siglos XVI y XVIII muchos países mantenían un rico intercambio comercial para luego poder entrar en guerra. También la Rusia de Putin es un ejemplo de ello. Si su comercio estuviese orientado al crecimiento del bienestar y la prosperidad interna, su política económica sería distinta. Putin sigue la política del mercantilismo de los imperios de la Edad Media temprana”.
El historiador Rákosník sostuvo que la aplicación de duras sanciones contra Rusia por parte de los países de la Unión Europea y la OTAN en reacción a la agresión en Ucrania fue un paso correcto, aunque estas no tuvieran como resultado que Putin desistiera de sus planes.
”En estos momentos la política aplicada por la Unión Europea y la OTAN frente a Rusia es una estrategia racional. Y es porque nos encontramos al borde de una nueva conflagración mundial. Pero si esta estrategia fuera aplicada durante un tiempo prolongado, unos 10 años, digamos, también después de acabar la guerra en Ucrania, sería muy contraproducente”.
El historiador Rákosník recalcó que, desde el punto de vista económico, el intercambio comercial internacional es mucho más efectivo que el autoabastecimiento de cualquier país. Recordó la necesidad de tener presentes otros aspectos del comercio, el geopolítico, o sea el efecto y las consecuencias del intercambio, así como la seguridad, temas que varios países occidentales menospreciaron en sus contactos con Rusia, sostuvo Rákosník.
”En momentos en que ocurre una catástrofe, como un gran conflicto bélico, en el caso de Ucrania, o como la pandemia de coronavirus, el intercambio comercial se ve afectado. En semejantes situaciones, los países deben estar preparados para activar sus programas de autoabastecimiento, ya que de esta manera fortalecen su seguridad”.
Rákosník mencionó la dependencia de Europa del petróleo y gas rusos y repitió que al acabar la guerra contra Ucrania, será importante restablecer los contactos con Rusia, sobre todo en el sector económico, al igual que se hizo con Alemania después de la Segunda Guerra Mundial, país que, gracias a su rápida integración a las estructuras occidentales, se transformó en una potencia convencional que dejó de representar un peligro para la seguridad.
”En el futuro, será necesario restablecer las relaciones con Rusia, no me imagino que no sea así. Sin el intercambio comercial no se puede avanzar. En caso de seguir aislando a Rusia a nivel internacional por mucho tiempo, esa potencia podría volverse más agresiva contra Occidente”.
El historiador checo habló también del plan de la Unión Europea de crear un fondo para la reconstrucción de Ucrania después de la guerra y dijo que es un plan ambicioso para ambas partes, ya que la profundización de las relaciones con ese país ayudará a reforzar las fronteras de la Unión Europea. De acuerdo con Rákosník, como consecuencia de la guerra, Ucrania se verá afectada por una difícil situación demográfica.
”Ya antes de la guerra la situación demográfica de Ucrania no era nada favorable y ahora los sectores productivos de la sociedad se debilitarán aún más. Por ello la Unión Europea debería tomar su plan de reconstrucción muy en serio y elaborarlo de tal manera, para que motive a los refugiados ucranianos a regresar a su país. Por otro lado, dependerá hasta qué punto estarán interesados los países comunitarios en hacerlo, porque para muchos, incluida la República Checa, la mano de obra ucraniana representa una contribución importante para su economía, y sería beneficioso que se queden aquí”.
De acuerdo con Jakub Rákosník, es de esperar que algunos de los refugiados no volverán a casa. En tal caso es de suma importancia activar programas efectivos para lograr la plena integración de estos en la sociedad checa, concluyó el historiador en entrevista para la Radio Checa.