“Las prácticas coloniales todavía están muy insertas en nosotros”
En Praga se representó el Nuevo Zoologique Mexicano, obra de la creadora Rosa Landabur. La autora conversó con Radio Praga Internacional sobre la obra interactiva y las emociones que generaron sus funciones en el público praguense.
“Creo que era un grupo de chicas de Canadá, se pararon y boicotearon la obra, que está bien, es lo que esperamos que pase, la detuvieron, desconectaron la música”.
¿Cómo miramos al otro? ¿Por qué seguimos exotizando a las personas y sus costumbres? ¿Qué es lo que quedó en nosotros de la colonización? Estas y muchas más preguntas propone la performance Nuevo Zoologique Mexicano, hace poco estrenada en la ciudad de Praga, que es una obra interactiva que recuerda los zoológicos humanos que se realizaron en Europa a finales del siglo XIX y principios del XX e introduce danza folclórica mexicana actual.
Al llegar, los espectadores ven un cubículo de luz donde hay un bailarín de danza folclórica mexicana, Alberto Montes, vestido solo con unos calzoncillos y con diferentes modelos de vestuario folclórico colgado detrás. Fuera del cubo hay otro performer que hace de policía mexicano y representa al cuidador y carcelero del bailarín, pero también la figura del poder. El público puede acceder a una lista de once canciones de diferentes danzas folclóricas de distintos estados en México y, de acuerdo con las instrucciones, elegir la canción de su preferencia, presionar “play” y disfrutar la danza del bailarín, que siempre se viste según la canción elegida.
“Luego de una hora de verlo bailar y de que él esté bailando, se empieza a notar su cansancio físico, el agotamiento, el enojo, el sudor… Y justo en la mitad de la obra entregamos un texto al público que es como un punto de inflexión en la obra, cuando el texto habla de los zoológicos humanos. El texto no dice ‘esta obra es un cruce con los zoológicos humanos’ sino que es un texto que relata qué eran los zoológicos humanos que se hicieron en Europa, que eran una especie de ferias, atracciones y donde se secuestraron las personas de diferentes territorios, principalmente de África, Asia y América, que se trajeron acá y se exhibían”.
Cuenta la directora de la performance que en este momento de la obra toman las riendas los espectadores y ya puede pasar de todo. Para ella es muy interesante ver, cómo el público toma la responsabilidad de lo que está sucediendo y cómo se da cuenta de lo que acaba de hacer al hacer bailar al bailarín. Observa la diversidad de los públicos porque se generan pequeñas situaciones escénicas entre los propios espectadores cuando el público mira al público en vez de la obra.
En la capital checa, la performance se realizaba durante la Cuadrienal de Praga, el festival de arte escénico y arquitectura teatral más importante del mundo y, por lo tanto, contó con un público muy variado.
“Para mí, la obra sucede en el público. Mucha gente cuando entendía de lo que se trataba, se iba. Decidía no ser parte de esto y está muy bien. También sucedió un día que, creo que era un grupo de chicas de Canadá, se pararon y boicotearon la obra, que está bien, es lo que esperamos que pase, la detuvieron, desconectaron la música. Otras chicas le pasaron la ropa al bailarín para que se acabara la obra. También pasó un día que se había ido una gran cantidad de gente y la gente que quedaba buscó estrategias para detener la obra, entonces, en un momento una chica se voltea, le da la espalda a la obra y todo el público le da espalda a la obra. También en un momento un señor se paró al lado del bailarín”.
Añade Rosa que la función está planeada para tres horas pero, por lo general, dura dos, que es el tiempo en el que los espectadores disfrutan el baile y poco a poco se dan cuenta de que lo que están haciendo es un poco raro e incómodo hasta recibir el texto y tomar cierta postura hacia la situación generada.
Además de Chequia, la representación se había podido ver en distintos lugares de México y en España y dice Rosa que la obra también da cierto diagnóstico de los públicos. Más allá del tópico del colonizado y colonizador, en el propio México se refleja, por ejemplo, cierto racismo hacia las personas de los pueblos originarios. También, dependiendo del país, la obra ofrece distintas lecturas de la figura del policía y la institución como tal.
Extranjera en México
El Nuevo Zoologique Mexicano surgió ya en 2018 debido a la mudanza de Rosa, originaria de Chile, a México. Entonces sabía que quería llevar a cabo una investigación sobre los zoológicos humanos y la intención se juntó con el hecho de ser una extranjera en México y percibir el folclore mexicano como turista. En ese momento se empezó a cuestionar a sí misma, cómo estaba mirando todo lo nuevo como extranjera, cómo ella misma tenía la exotización muy inserta en sí misma por una cuestión cultural.
“Las prácticas coloniales son muy contemporáneas y presentes. La obra toma este hecho histórico pero ayuda a sacar a la luz cómo nos estamos comportando hoy en día”.
“Tampoco la obra intenta decir que esté mal que un bailarín de danza folclórica baile, no, para nada. Sino que intentamos hacer una reflexión de esas prácticas coloniales que todavía están muy insertas en nosotros de manera inconsciente. En nuestra mirada, en cómo exotizamos, folclorizamos, en cómo miramos la otredad. En realidad, las prácticas coloniales son muy contemporáneas y presentes. La obra toma este hecho histórico pero ayuda a sacar a la luz cómo nos estamos comportando hoy en día”.
Después de las funciones en Praga, el Nuevo Zoologique Mexicano vuelve a Latinoamérica. Durante el mes de octubre se podrá ver en el marco del Festival Feyentun, festival de artes escénicas de naciones originarias, concretamente, en el Museo del Arte Precolombino de Santiago de Chile.