Las ‘Aulas alegres’ facilitan el aprendizaje a los escolares de Malawi
Ofrecer una forma de aprendizaje nueva y atractiva para los alumnos de primaria es lo que pretende el proyecto ‘Aulas alegres’, que se está aplicando con éxito en Malawi. Lo promueve la checa Tereza Mirovičová, que hace años llegó a África por mera casualidad, se enamoró de ella y ahora tiene dos hogares, uno en Chequia y otro en Malawi.
”El trabajo de oficina me aburría mucho y decidí buscar algo para cambiar totalmente de ambiente. En el periódico encontré un anuncio de una organización que buscaba voluntarios para trabajar en África, lo que me pareció muy interesante. Me aceptaron y me enviaron por seis meses a Malawi. Fue en el año 2002. Me mandaron a una zona rural y mi trabajo consistió en colaborar en el cuidado y la educación de niños en establecimientos preescolares de la zona. Ese trabajo y el país me encantaron de tal manera que al terminar la misión, decidí que un día volvería a Malawi por mi propia cuenta”.
La organización boNGO y su proyecto ‘Aulas alegres’
Tereza hizo lo posible para que su deseo pudiera cumplirse. Al regresar a la República Checa comenzó a buscar y a convencer a diversas instituciones y personas privadas para que donasen algún dinero para proyectos sociales en Malawi. Al cabo de tres años Tereza Mirovičová pudo viajar nuevamente al país africano. En 2007, junto a unos amigos, fundaron allí la organización sin fines de lucro boNGO, que quiere ayudar a mejorar y modernizar el sistema educativo en Malawi. En ese marco, la organización inició un proyecto denominado ‘Aulas alegres’, como recalca Tereza Mirovičová.
”El proyecto ‘Aulas alegres’ es el más importante que tenemos actualmente. Fue iniciado en 2011 en varias escuelas estatales de educación básica en Malawi. La mayoría de las aulas se encuentran en muy mal estado, las paredes tienen muchas grietas y son de colores oscuros. Faltan manuales y otros materiales y utensilios de aprendizaje. Nosotros queríamos ayudar a mejorar esa situación y se nos ocurrió pintar las paredes de colores claros y con dibujos relacionados con el programa de la enseñanza. Nuestra intención fue crear un ambiente de aprendizaje que sea agradable y amistoso para los niños”.Hasta el presente surgieron así más de 900 ‘Aulas alegres’, tanto en ciudades de Malawi, como en zonas rurales. El proyecto fue muy bien acogido en el país y con el tiempo ha pasado a ser apoyado materialmente por varias empresas comerciales locales que desean participar en alguna actividad de interés social.
Los dibujos en las ‘Aulas alegres’ son muy variados
Los dibujos que aparecen en las paredes de las aulas de las escuelas en Malawi bajo patrocinio de la organización boNGO son muy variados, en dependencia del curso escolar de los alumnos, explica Tereza Mirovičová.
”En las aulas reservadas al primer y el segundo año de la escuela básica están en la pared el alfabeto y los números básicos. Al lado del número se dibuja la misma cantidad de puntos a modo de explicación, y la pronunciación del número. Es que muchas veces los niños aprenden algo de memoria, sin saber lo que significa. El ver esos puntos, el poder tocarlos y compararlos con el número a su lado, resulta mucho más comprensible para ellos. En caso de los mayores, del cuarto año, en las paredes aparecen los días de la semana, los meses del año, textos en inglés, o sea, lo que corresponde a lo que les enseñan los educadores”.Hasta el quinto año de la escuela básica, los alumnos estudian en chichew que es, junto con el inglés, el idioma oficial en Malawi. A partir del quinto año el aprendizaje es en inglés y también los manuales son en inglés. Tereza Mirovičová desearía ofrecer el proyecto ‘Aulas alegres’ también a los escolares desde el quinto año de la escuela, ya que, según afirma, muchos niños necesitan ver e identificar con sus propios ojos lo que están aprendiendo. Los dibujos en las paredes de las aulas igualmente facilitan el trabajo a los profesores.
Las ‘Aulas alegres’ comenzaron en las zonas sur de Malawi y actualmente se extienden por las regiones centrales del país. Mirovičová confía que en un par de años llegarán a todo Malawi.
“Nos parece que el proyecto no avanza lo suficientemente rápido como desearíamos. Somos conscientes de que podemos pintar un mayor número de clases escolares. Dibujar un aula lleva una semana aproximadamente, o sea que en el curso de un año se pueden pintar muchas. Pero en vista de que nuestros recursos son limitados, seguimos buscando a nuevos donantes que quieran ‘adoptar’ una clase escolar”.
De la enseñanza al canto
Además de ayudar a promover en Malawi nuevas formas de enseñanza, Tereza Mirovičová se dedica en ese país africano a la música y canta en la lengua tradicional local, el chichew, como cuenta.”Siempre me ha gustado cantar. Y estando en Malawi se me ocurrió que sería excelente si cantara en el idioma tradicional local y así pudiera propagar más los proyectos de la organización boNGO. Finalmente lo he conseguido, aprendí un poco el chichew y a los habitantes locales les gusta mucho que una extranjera cante en su idioma. Visitan mis conciertos y fui invitada a varios festivales. Para mí es una actividad muy agradable”.
Tereza Mirovičová dice que Malawi se ha convertido en su segunda Patria. Allí encontró su gran amor, con el que tiene actualmente un hijo. Y aunque ella afirma que su verdadero hogar está en Praga, añade de inmediato que su futuro lo ve compartido entre Chequia y Malawi.