Las actividades extraescolares para párvulos son cada vez más populares

Los niños checos figuran entre los más activos de Europa en cuanto al número de actividades extraescolares que frecuentan en su tiempo libre. Pasan en estas clases entre cinco y ocho horas a la semana, dedicándose a los deportes, la pintura, la música o el teatro. Es el doble del tiempo que dedican a semejantes actividades los escolares de Alemania, Francia o Eslovaquia, según se desprende de un estudio de GE Money Bank.

Estas actividades son cada vez más populares también en los establecimientos preescolares. Así lo afirma Zdena Matoušová, directora de un jardín de infancia del barrio Stodůlky, en Praga, agregando que no obstante, el programa de estos centros incluye actividades suficientes. „Los parvularios tienen un rico programa que toma en cuenta la edad de los niños y desarrolla sus habilidades. Los niños practican deportes, música, dibujo y muchas otras cosas. Pero algunos padres consideran que es poco y quieren que sus hijos vayan además a cursos fuera del centro. Los pequeños tienen así poco tiempo para jugar y muy pocos son también los padres que les leen a sus hijos cuentos de hadas”.

Según Matoušová, los padres son demasiado exigentes con sus hijos y quieren que desde muy temprana edad sean activos en diferentes áreas. Zdena Matoušová considera que la edad ideal para inscribir al niño en un curso o taller es entre los 5 y los 6 años de edad. Para los más pequeños lo ideal es el juego y el movimiento.

Matoušová señaló que, no obstante, en los jardines de infancia se organizan diversas actividades extraescolares. Estas surgieron en su mayor parte por iniciativa de los padres.

“Actualmente son especialmente populares los cursos de idiomas para niños pequeños que, en mi opinión, no son lo ideal para los preescolares. Para mí lo más trágico es cuando una mamá que viene con un niño de tres años sentado en un coche para bebés y con un chupete en la boca, me pide que inscriba a su hijo en un círculo de aprendizaje de inglés”.

Un considerable número de los padres de niños pequeños no comparte la opinión de Zdena Matoušová, directora del parvulario de Praga- Stodůlky, según recalcó Klára, de la población de Uhříněves, cerca de Praga y madre de una niña de tres años. Klára considera que estos cursillos ayudan a un mayor desarrollo de las habilidades de los pequeños.

“No conozco a nadie que critique las actividades extraescolares. Por el contrario, me parece que cuanto más cosas hacen los niños, mejor es para su desarrollo. Muchas madres de niños menores de tres años no saben cómo desarrollar las capacidades de sus hijos, por lo que los mandan a estos cursos tres veces a la semana. Cuando los niños ya van al parvulario, basta con que hagan al menos una actividad. Pero nadie dice que sea algo malo”.

Según Klára, su hija Veronika, va a un curso de artes plásticas. Cada lección, a la que asiste un reducido grupo de niños, dura una hora y media, durante la cual los pequeños aprenden a dibujar bajo la dirección de una educadora especializada en arte, y también juegan mucho. Klára insiste en el gran aporte de estos talleres.

”Aprecio lo que estas actividades les dan a los niños. Mi hija, por ejemplo, aprendió allí muchas cosas nuevas, cosas que a mí ni se me habrían ocurrido. Muy importante es que se va desarrollando el talento de los niños y que a los pequeños les gusta asistir a estos cursos”.

Klára indicó que, no obstante, nada se debe exagerar y que también en este aspecto lo primordial es el interés del niño. Según Klára, nunca obligaría a su hija a hacer algo que no le gustara. Al escoger un curso para su hija, lo consultó previamente con ella. “Quiero que la niña haga algo interesante desde pequeña. Pero también quiero que le guste y que disfrute de esa actividad. De otra forma no tendría ningún sentido”, afirma Klára.