1) Estudiantes internacionales en la Universidad Carolina: “La vida en Praga es genial”
La Universidad Carolina de Praga acoge cada año a más de 9.000 estudiantes internacionales. Así hablan dos de ellos de sus experiencias en la universidad más antigua de la República Checa.
Fundada en 1348, la Universidad Carolina es la universidad más antigua de la República Checa. Más allá de su antigüedad, la universidad está considerada una de las más prestigiosas del país y de Europa Central.
Cada año, miles de jóvenes de todo el mundo eligen cursar sus estudios en una de las muchas facultades que la Universidad Carolina tiene abiertas a la inscripción de estudiantes internacionales. En total unos 9.000 estudiantes extranjeros, un 20% del alumnado, llegan a Praga al inicio de cada nuevo curso escolar para cursar una titulación o como parte de un intercambio Erasmus o interuniversitario. Muchos de ellos hispanohablantes, atraídos por su reputación y la amplia oferta académica.
Itziar Nieto (20 años, España) es una estudiante de Relaciones Internacionales que eligió la Universidad Carolina como destino de Erasmus y lleva viviendo en Praga desde el pasado mes de septiembre. En entrevista para Radio Praga Internacional, cuenta que la ciudad siempre le había resultado atractiva, aunque la decisión de estudiar en la Universidad Carolina fue más bien cosa del azar.
“Había dos plazas de año entero que ofrecían en mi universidad. Una era la Carolina y la otra era la Universidad Metropolitana de Praga y a mí me tocó la Carolina. En cuanto a la ciudad la verdad es que la historia es un poco extraña. Hace muchos años yo estaba en clase de inglés en mi colegio y nos encargaron un proyecto sobre una ciudad europea. A mí me tocó Praga y la verdad es que me enamoré de la ciudad. Cuando tenía que escoger la ciudad [para mi Erasmus] me vino el recuerdo de ese proyecto y aquí estoy”.
Para Luis Orlando León (32 años, Cuba), estudiante del Máster Erasmus Mundus en Periodismo, Praga y la Universidad Carolina fueron resultado de su especialización académica.
“Más que por qué escogí Praga, fue por qué escogí la especialización que resultó ser aquí en Praga. La especialización de Praga me interesaba más por dos razones. Una, porque está sobre todo orientada a los países totalitarios y en transición y como yo provengo de Cuba está muy relacionado con el tipo de oficio periodístico que yo estaba haciendo en ese momento. Y, sobre todo, lo que más me interesaba de esta especialización era su componente práctico: la parte audiovisual, de fotografía… Y esa fue la razón por la que apliqué a este programa de esta manera, haciendo el segundo año aquí en Praga”.
A pocos meses del fin de curso, Luis reflexiona sobre su experiencia como estudiante de máster en Chequia y sobre cómo la Carolina se compara a las universidades en las que estudió antes de mudarse a Praga, en Cuba y en la Universidad de Aarhus, en Dinamarca.
“Cuando lo comparo con mi universidad en Cuba, hay muchas diferencias. Me parece que, por ejemplo, el paradigma educativo que tiene un país como la República Checa es más parecido a Cuba que el que tenía Aarhus University. En Cuba era un ambiente mucho más cargado de responsabilidades”.
Ambiente internacional en el campus
Tanto Itziar como Luis coinciden en señalar el ambiente internacional que caracteriza a la universidad como una de las principales ventajas de haber elegido la Carolina. Si bien, para Luis, existe un perfil claro entre los estudiantes internacionales de su facultad.
“Es una universidad muy diversa, también. Estoy viendo todo el tiempo personas de diferentes partes del mundo. Yo diría que en el caso de la Facultad de Ciencias Sociales muchas personas de Europa. No he visto tanta diversidad internacional fuera de la región”.
Además, Itziar habla sobre la oportunidad de estudiar asignaturas fuera del currículo de su titulación como uno de los puntos fuertes de la universidad. Para ella, esta posibilidad, significó poder tomar clases de francés a cambio de créditos. Algo que su universidad en España, mucho más estricta en cuanto al programa académico, no permite.
“La oportunidad de estudiar una lengua que no tiene absolutamente nada que ver con los contenidos de mi carrera la verdad es que me ha gustado bastante también”.
Itziar destaca también la libertad que la Universidad Carolina ofrece en la matriculación de asignaturas en todos los niveles y titulaciones.
“La manera en la que están organizados es muy distinta a lo que yo estoy acostumbrada. Me da la sensación de que aquí son como más flexibles. Me gusta mucho también el sistema de semestres, que te permite organizar las asignaturas cada semestre”.
Esta flexibilidad le ayudó a la hora de diseñar un plan de estudios equiparable al programa de su universidad de origen. Un proceso que, por norma general, es uno de los más complicados a la hora de planificar un intercambio académico. El caso de Itziar no fue una excepción.
“No tenían mi grado, entonces he tenido que hacer todas las asignaturas de máster. Cosa que ha dificultado tanto el aprendizaje, porque al final son cursos más avanzados de los que yo estoy cursando, como el hecho de hacer amigos”.
Pese a esta dificultad añadida, Itziar está satisfecha con su decisión y habla sobre cómo la pasión y el entusiasmo con el que muchos de sus profesores imparten las asignaturas le ha ayudado a permanecer motivada y mantenerse al día con el temario más avanzado. Sobre los profesores en la Universidad Carolina, Luis opina que hacen un buen trabajo en el balance entre lo académico y lo personal.
“Nuestros coordinadores de maestría hacen un buen trabajo haciendo un balance entre actividades que son puramente académicas, el horario que tenemos para nuestras clases, la cantidad de información que nos proveen y además otras actividades extracurriculares, que siempre se agradecen”.
La vida en Praga
Con campus repartidos en diferentes zonas de Praga, la Universidad Carolina ofrece a sus estudiantes la oportunidad de descubrir de primera mano la vida en una capital europea. Pero también de sumergirse en la cultura y el día a día en la República Checa. Para Itziar, la experiencia ha superado sus expectativas más allá del ámbito académico.
“La vida en Praga es genial. Está llena de estudiantes, está llena de jóvenes, está llena de españoles. Me he enamorado más de la ciudad. Es una ciudad preciosa, que es una capital europea, pero que no se nota en el hecho de que puedes andar tranquila por el centro sin ningún problema, es muy segura… No sé, me ha encantado”.
Y pese a un cierto choque cultural en cuanto al clima y carácter checos, Luis coincide.
“Praga es una ciudad magnífica. Es una ciudad preciosa, una ciudad que tiene mucha vida. Me ha gustado en ese sentido experimentar que estoy viviendo en una ciudad muy antigua, con mucha historia, con mucha cultura, y eso siempre se agradece muchísimo. Es una ciudad muy amigable para el presupuesto de los estudiantes, lo cual no sucedía en Dinamarca, y también se agradece mucho”.
A pesar de enfrentar barreras lingüísticas y culturales, para estudiantes internacionales como Itziar y Luis, la Universidad Carolina supone una oportunidad única para expandir sus horizontes académicos y personales en una de las universidades más antiguas y prestigiosas de Europa Central. Año tras año, la facultad continúa siendo la opción preferida por los estudiantes que escogen Chequia como destino académico.
La Universidad Carolina de Praga fue fundada en abril de 1348. Actualmente tiene 17 facultades y todas acogen también a estudiantes del extranjero. El número de estudiantes extranjeros crece constantemente, especialmente en la Facultad de Ciencias Sociales, la de Filosofía y Letras y la de Ciencias Naturales. En total, se ofrecen más de 260 programas de estudio de carácter humanitario, científico, médico y deportivo que se pueden estudiar en inglés, alemán, ruso o francés. Existen asimismo más de 1300 programas de estudio en checo.
