La tumba de Šemík, el fiel caballo del hidalgo Horymír

La tumba de Šemík, foto: Public Domain

Vyšehrad es uno de los puntos más interesantes de Praga, donde los restos de una antigua fortificación y una bella iglesia se alzan sobre una colina junto al río Moldava. Qué relación tiene este lugar con la leyenda de Horymír y su fiel caballo se lo contaremos en esta edición de Leyendas Checas.

Vyšehrad,  foto: Stanislav Jelen,  CC BY-SA 3.0
Las dos torres negras de la iglesia de san Pedro y san Pablo son unos de los puntos más visibles de Vyšehrad, una localización de la capital checa conectada con numerosas leyendas antiguas.

Este recinto amurallado medieval está considerado en el imaginario popular como el primer asentamiento del pueblo checo en Praga, el lugar desde donde comenzó a gobernar la dinastía premislita, entre ellos la mítica Libuše. Aunque las fuentes históricas dictaminan que el castillo no fue un centro político importante hasta el siglo XI.

Una de las leyendas más famosas conectadas con Vyšehrad es la que habla de Horymír, un miembro de la baja nobleza que vivía en el pueblo de Neumětely. Aunque esta historia fue popularizada por el cronista y escritor del siglo XVI Václav Hájek, quien a su vez la extrajo de materiales ya existentes, en su forma literaria más conocida fue escrita siglos más tarde por el novelista Alois Jirásek.

Según esta leyenda, Horymír estaba preocupado porque los pobladores de la zona estaban abandonando el trabajo en el campo.

Estos campesinos se dirigían a otros lugares para dedicarse a la minería, especialmente de la plata, una actividad que durante parte de la Edad Media fue muy rentable en la región de Bohemia, como explicó para la Radiodifusión Checa Marie Malínská, cronista de Neumětely.

“Horymír era un hidalgo relacionado con la agricultura. Porque el conflicto de base que había detrás era que la gente estaba abandonando el campo, porque ganaban más dinero con la minería en varios puntos no muy lejos de Praga”.

Vyšehrad,  foto: Štěpánka Budková
La leyenda narra que Horymír fue a protestar ante el rey Křesomysl en Praga, uno de los reyes bohemios legendarios que gobernaba desde Vyšehrad. Pero los mineros, enfadados con la actitud de Horymír porque temían perder sus nuevas riquezas, fueron hasta Neumětely a quemar sus posesiones.

Cuando el hidalgo Horymír vio que sus tierras habían sido asoladas, se montó en su caballo Šemík y reunió toda la ayuda que pudo para arrasar las casas de los mineros. Esta acción le costó ser condenado a muerte por el rey Křesomysl.

De acuerdo con la ley, el día de su ejecución Horymír tenía derecho a pedir un último deseo, y le dijo al rey que quería dar un paseo con su caballo Šemík. El rey aceptó, pero mandó cerrar todas las puertas del recinto de Vyšehrad para asegurarse de que no intentara escapar.

Pero cuando estaba sobre el caballo, y ante el asombro de todos los presentes, Horymír susurró unas palabras a su corcel, que se dirigió a toda velocidad hacia las murallas y logró superarlas con un magnífico salto.

Horymír y Šemík se lanzaron de esta forma al río Moldava, de donde consiguieron salir con vida y volver a su Neumětely natal.

La tumba de Šemík

La tumba de Šemík,  foto: Public Domain
Sin embargo, este salto dejó al caballo al borde de la muerte, y exhausto le pidió a su compañero Horymír que al morir le diese sepultura en el pueblo de Neumětely.

Aunque no existen pruebas históricas que respalden esta leyenda, a día de hoy existe un monumento en dicho municipio que está considerado como la tumba de Šemík. Los lugareños intentan mantener vivo el mito y lo toman como parte de sus vidas cotidianas, asegura la cronista Malínská.

“Desde el punto de vista de la historia es una leyenda, pero como vemos lo que está inscrito en la piedra, creemos en ello. Lo que está en piedra dura para siempre”.

El monumento tiene la forma de un pequeño templo con cuatro columnas. Bajo su techo se halla una piedra con forma de cabeza de caballo, que como señala la cronista Marie Malínská sirve de lápida de la tumba de Šemík.

“Esta es la piedra exactamente bajo la cual se dice que está enterrado Šemík”.

De hecho, la tumba de Šemík está tan arraigada en la vida de la gente local, que al igual que en Praga es tradicional quedar junto a la estatua del caballo que lleva a san Venceslao, en la plaza del mismo nombre, en Neumětely el punto típico de encuentro y donde empiezan los eventos es frente al monumento. Esto es lo que cuenta Marie Malínská recordando una de las últimas celebraciones en el pueblo.

“¿Y dónde cree que se reunió la comitiva y comenzó el evento? Sí, aquí donde Šemík. Es el punto de encuentro típico para los lugareños”.

Aunque Neumětely no es tan conocido como otros lugares de la República Checa, algunos visitantes curiosos vienen desde otras partes del país para ver con sus propios ojos la tumba del fiel caballo de Horymír, como es el caso de Věra, quien se acercó hasta el pueblo por este motivo.

La tumba de Šemík,  foto: Public Domain
“Estaba planeando hacer unas vacaciones por esta zona y Neumětely me ha gustado, quería ver dónde terminó Šemík. No sabía que aquí estaba su tumba, me parece bonito que los vecinos del pueblo recuerden esta leyenda y se conserve este monumento”.

Hay quienes dicen que el corcel Šemík está durmiendo bajo las rocas de Vyšehrad, y que el día que su ayuda sea necesaria saldrá de allí.

Otra de las historias relacionadas con esta leyenda hace referencia a la denominación del barrio de Smíchov, en la orilla contraria a Vyšehrad. Según algunas versiones, cuando Horymír estaba a salvo al otro lado de la orilla, tras haber saltado con Šemík, se rio del rey Křesomysl que lo había condenado a muerte. Y “smích” en checo puede significar “risa” o “burla”.

No obstante, los historiadores dan más credibilidad a otras versiones, como por ejemplo, que procede del verbo “smíchat”, “mezclar”, porque a finales del siglo XIV llegaron al barrio nuevos habitantes de diverso origen.

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