“La tipografía no es una disciplina sin objetivo”
Crear documentos de texto es la rutina diaria de muchos de nosotros. Utilizamos automáticamente los diferentes tipos de letra sin fijarnos bien en su forma y sin tener la menor idea de quiénes los han inventado. En Radio Praga conversamos sobre el arte de la tipografía con František Štorm, autor de una nueva fuente de letra titulada Comenia.
Crear un nuevo tipo de letra es como dar a luz a un bebé. Entre la idea primaria del tipógrafo y la aparición de una nueva fuente en su editor de texto transcurre un largo proceso de gestación.
Primero se diseñan las minúsculas, después las mayúsculas, que son menos frecuentes, y al final los números. Así se obtiene la variante básica de la letra, que luego se completa con otras como la cursiva y la negrilla, por ejemplo. Una vez hechos los diseños, se pasan a un programa electrónico que los convierte en dígitos, para que al final aparezcan en nuestra computadora como la llamada fuente tipográfica.
Lo más importante de todo este proceso es no perder de la mente el uso final de la letra, dice el tipógrafo František Štorm.
“Antes de hacer los primeros dibujos el tipógrafo debería familiarizarse con el ámbito en que la letra será utilizada. Por ejemplo, si quiero crear un póster tengo que analizar primero dónde y con qué fines será usado. Porque la tipografía no es una disciplina sin objetivo”, señala Štorm.
František Štorm y su compañera Radana Lencová son autores de una nueva fuente de letra, Comenia, galardonada con la medalla de oro a la mejor letra original y con el premio del jurado en el concurso internacional European Design Awards este año en Zúrich, Suiza.
Esta letra, diseñada con el fin de ser utilizada en las escuelas, destaca por su sencillez y fácil legibilidad, subraya Štorm.
“La letra no posee ninguna forma artística y expresiva, es fácil de leer y recordar y su uso es muy sencillo. Fue diseñada para que sepan manejarla tanto los profesores universitarios como los alumnos de primaria”, señala Štorm.
Štorm y Lencová son también autores de un atrevido proyecto que consiste en sustituir la letra manuscrita que se enseña en las escuelas primarias checas por la Comenia.
Los tipógrafos parten de la idea de que gran parte de los niños que llegan a la escuela están familiarizados con las computadoras. Por eso les resultaría mucho más fácil aprender a escribir una letra que se parezca a la que ya conocen, que otra absolutamente distinta.
Según Štorm, no es una idea vaga, sino el resultado de numerosos sondeos y minuciosos análisis.
“Es un gran mérito de Radana Lencová. Durante los tres años precedentes al surgimiento de Comenia viajaba de una escuela a otra reuniendo opiniones de profesores, alumnos y padres. Dispone de centenares de sondeos y decenas de estudios científicos sobre el empleo de la nueva letra en las escuelas”, sostiene Štorm.
Actualmente, Štorm y Lencová cooperan con la Universidad Carolina en la elaboración de una solicitud para la acreditación de Comenia como “experimento” en las escuelas checas. Si el Ministerio de Educación da luz verde al proyecto, cualquier escuela primaria podrá apuntarse y enseñar durante algún tiempo los dos tipos de letra escrita, la manuscrita y Comenia.
“No creemos que Comenia pueda sustituir del todo a la tradicional letra manuscrita, pero sería bueno que se acepte como una alternativa más”, indica František Štorm.
Sea introducida o no en las escuelas, Comenia es una nueva fuente de letra de origen checo. Ya veremos si será capaz de ganarse las simpatías de los checos, que por ahora siguen fieles a las famosas Times New Roman y Arial.