La rigidez y políticas obsoletas asfixian el mercado laboral checo
Las condiciones del mercado laboral en Chequia se han deteriorado por tercer año consecutivo a causa de la escasa flexibilidad y la disparidad salarial entre hombres y mujeres.
A pesar de tener la tasa de desempleo más baja de la Unión Europea, la República Checa todavía tiene dificultades para crear condiciones favorables para sus trabajadores. Es más, resulta que las condiciones de su mercado laboral se han deteriorado por tercer año consecutivo y se han posicionado recientemente como las décimas peores dentro de la Unión. Entre las razones principales están la escasa flexibilidad y la disparidad salarial entre hombres y mujeres. Para analizar la actual situación, Radio Praga Internacional habló con Lukáš Kovanda, economista principal de Trinity Bank.
“Existe un problema a largo plazo con la escasa flexibilidad del mercado laboral checo, primero, por razones objetivas como la alta dependencia de la producción industrial. Es más difícil crear puestos a tiempo parcial en este ámbito en comparación con el sector de servicios. Sin embargo, también se observa la voluntad política casi inexistente de cambiar la situación pese a las recomendaciones de economistas, analistas y sociólogos para hacer el mercado laboral más flexible, con más puestos a tiempo parcial, por ejemplo”.
Kovanda dice que el asunto es más complejo de lo que parece. El primer obstáculo es el formato de la industria de fabricación, que supone un trabajo por turnos. Este, según el especialista, es un legado histórico que se remonta al siglo XIX.
La gente en otros sectores, por otra parte, ha llegado a la conclusión de que a veces es más fácil introducir puestos a tiempo parcial. No obstante, existen obstáculos mentales que obstruyen el desarrollo de esta idea.
“Muchos empleadores son reacios a ofrecer o abrir puestos a tiempo parcial, ya que no los consideran útiles. En realidad, esto sucede porque la legislatura no proporciona fuertes incentivos para hacerlo”.
Lukáš Kovanda concluye que el mayor problema es que la regulación actual no refleja las condiciones del siglo XXI, así como las necesidades del mercado laboral contemporáneo.