La República Checa manda 800 muestras a la Bóveda de Semillas de Svalbard

La Bóveda Global de Semillas de Svalbard, foto: Wikipedia / public domain

La República Checa se ha implicado en el proyecto de la Bóveda Global de Semillas de Svanbald enviando 800 muestras de especies locales, sobre todo variedades checas de cereales y otras plantas de uso agrícola. Este particular banco de genes tiene como misión proteger las especies vegetales más importantes en caso de catástrofe.

La Bóveda Global de Semillas de Svalbard,  foto: Wikipedia / public domain
La Bóveda Global de Semillas es un proyecto para la preservación de especies vegetales que consiste en su almacenamiento en un búnker subterráneo en la isla noruega de Spitzbergen, en el archipiélago de Svalbard. La República Checa es uno de los países participantes y precisamente este mes ha realizado el primer envío de muestras genéticas de las especies que desea conservar.

Se trata de 800 paquetes de semillas de variedades locales de trigo, centeno, avena y cebada, aunque también encontramos 30 especies de gramíneas, así como plantas forrajeras, oleaginosas, aromáticas, verduras, y hierbas con propiedades curativas.

Ahora, encerradas en piedra arenisca, representarán a sus respectivas especies en caso de que, por algún tipo de catástrofe, estas se extingan. Así describe la Bóveda el eurodiputado checo Pavel Poc.

”Básicamente es un Arca de Noé para semillas de plantas. Están almacenadas allí a una temperatura de alrededor de menos 20 grados, en permafrost, de modo que aunque no hubiera corriente eléctrica, las semillas pueden permanecer allí varios cientos de años”, señaló.

La Bóveda Global de Semillas de Svalbard,  foto: Wikipedia / CC BY-SA 3.0
Los gastos de mantenimiento corren a cuenta de lo contribuido por el Global Crop Diversity Trust, uno de cuyos miembros es la República Checa. La construcción de la cámara subterránea fue financiada enteramente por el gobierno de Noruega. Ahora, en el caso del envío de semillas, las autoridades checas solo deben pagar los gastos postales y no hay en principio límite para el número de especies que deseen preservar. Estas seguirán siendo, además, propiedad del país.

El banco genético de Spitzbergen funciona desde 2008 y desde entonces los estados miembros del proyecto han depositado unas 800.000 muestras, que representan a unas 4.000 especies. La capacidad de la bóveda es sin embargo mucho mayor, de 4,5 millones. Cada muestra está formada por 500 semillas guardadas herméticamente en una bolsa de aluminio.