La radio fue uno de los grandes instrumentos de propaganda del régimen comunista

Alena Gebertová

Con este espacio, "Del Totalitarismo a la Democracia", Radio Praga trata de ofrecer un vistazo sobre lo que ha representado el proceso de transición en la República Checa. Este espacio está dedicado a todas las personas interesadas en conocer detalles sobre la transformación checa desde la dictadura comunista hasta la democracia, por lo que creemos que encontraremos muchos radioescuchas en Cuba, donde importantes sectores de la población se preparan también para un proceso de cambio pacífico en la Isla.

Durante el régimen comunista en Checoslovaquia la radio fue uno de los grandes instrumentos de propaganda, con la democracia llegó la libertad de expresión y el papel de lo periodistas cambió radicalmente. Sobre los medios de comunicación, la transición y la democracia, conversamos con Alena Gebertová, redactora jefe del Servicio francés de Radio Praga.

¿Durante el comunismo, usted trabajó en el Servicio Francés de la Radiodifusión Checoslovaca, por lo que le conoció de qué manera funcionaban las emisiones para el país y para el exterior. Cómo era el trabajo del periodista en esa época?

"Debo decir que viví parcialmente el totalitarismo en los medios de comunicación, ya que en los años 70 y 80 trabajé medio tiempo en el Servicio francés. Los comunistas conocían muy bien la fuerza de la radio como un instrumento de propaganda. Y precisamente por eso existía una fuerte censura que, podemos decir, se dividía en oficial y la autocensura a la que se veían obligados los periodistas como tal, ya que al no existir libertad de expresión había temas vetados de antemano, y todo estaba supeditado a la política y propaganda comunistas".

¿Después de la Revolución de Terciopelo el papel de los medios de comunicación cambió por completo, ya que dejaron de ser instrumentos de propaganda ideológica, qué significó eso en la práctica?

"Sí, el papel de los medios de comunicación y de los periodistas cambió por completo, y fue curioso que al principio los periodistas no sabían cómo actuar, puesto que la libertad de expresión era algo completamente nuevo para todos, y lógicamente ello se reflejó también en las emisiones para el exterior. Debo decir que para mí fue como una especie de renacimiento, finalmente pude empezar a hacer el trabajo que me gusta, sin ningún tipo de limitaciones políticas".

¿Bueno, pero de qué manera se incorporaron todos los periodistas al nuevo sistema donde impera el trabajo individual y la responsabilidad individual?

"La verdad es que no todos los periodistas lograron asumir, digerir la libertad de expresión y el gran cambio que ello representó, porque habían aprendido a hacer propaganda y no sabían informar de manera objetiva, y pretendieron pasar por encima todos los principios deontológicos. Debo decir que en las emisiones para el exterior también se notaron muchos cambios, llegaron personas nuevas, y a dieferencia de otras estaciones similares, nosotros no hacemos propaganda".

¿La democracia y la libertad de expresión traen consigo un amplio abanico de posibilidades en todos los campos, y también para los medios de comunicación. De qué manera se ha reflejado eso en la República Checa?

"El número de diarios, revistas, estaciones de radio y televisoras ha aumentado. Aparecen títulos especializados tanto para hombres, mujeres y niños, no faltan publicaciones para las diferentes aficiones, por ejemplo coleccionistas, etc.,etc.,pero quizás lo negativo es la aparición de la prensa sensacionalista que sorprendentemente ha encontrado tierra fértil en nuestra sociedad".

¿Ya han pasado quince años desde la Revolución de Terciopelo, de qué manera caraterizaría este periódo de transición del totalitarismo a la democracia?

"Sí, han pasado quince años desde la Revolución de Terciopelo. Ahora vivimos en libertad. Al volver la vista atrás a lo largo de estos quince años, puedo decir que veo muchísimas cosas positivas, sin duda ahora se vive mejor que antes.

Claro que hay problemas como en toda sociedad, hay cosas que no me gustan, por ejemplo el comportamiento de algunos políticos, el fundamentalismo con el que algunas economistas tratan de aplicar la economía de mercado, etc., pero en libertad puedo decir todo lo que no me gusta y puedo influir para que las cosas cambien.

Mi padre era abogado y en los años 50 los comunistas le prohibieron ejercer la carrera que tanto amaba, gracias a la democracia esas injusticias ya no se pueden cometer".