La operación Antropoide, el atentado contra el Carnicero de Praga
Las salas de cine checas invitan estos días a ver la película checo-británica 'Anthropoid' que narra la historia sobre el atentado contra uno de los nazis más poderosos y temidos, Reinhard Heydrich. El asesinato del Carnicero de Praga, llevado a cabo por dos paracaidistas checoslovacos, serán el tema del espacio 'Legados del Pasado, Testimonios del Presente'.
Reinhard Heydrich, el segundo hombre de las SS, fue nombrado el Protector de Bohemia y Moravia en 1941 a fin de sustituir a Konstantin Von Neurath, que no cumplía con las expectativas del máximo representante del Tercer Reich, según explicó para Radio Praga el historiador Vojtěch Šustek.
“Está documentado que Adolf Hitler manifestó que Konstantin Von Neurath era un señor mayor y demasiado bueno para los checos, a quienes no les preocupaba mucho. Proclamó que su lugar debería ocuparlo alguien que estableciera el orden”. Los historiadores coinciden en que las autoridades nazis no tenían la situación en el territorio checo firmemente bajo control, apunta Šustek.
“Creo que con la entrada de las tropas alemanas en la Unión Soviética se inició otra fase de la Segunda Guerra Mundial que impulsó las operaciones de resistencia. La subida de Reinhard Heydrich al poder representaba el nuevo rumbo de la política de ocupación alemana”.
Para el nombramiento de Reinhard Heydrich como nuevo Protector de Bohemia y Moravia, los alemanes escogieron descaradamente una fecha significativa para el pueblo checo.“Reinhard Heydrich fue nombrado el Protector de Bohemia y Moravia el 28 de septiembre, el Día de la Nación Checa, que es consagrado al santo patrono de las Tierras Checas, San Venceslao. Creo que la selección de esta fecha era simbólica, para representar el nuevo rumbo que tomó Alemania aquí”.
Ejecutar a los checos en silencio
El nuevo Protector tomó inmediatamente duras medidas para reprimir la resistencia. Instauró cortes marciales cuyas sentencias diferían más bien solo por la forma de muerte, señala el historiador.
“Conozco solo un caso de absolución. Otras sentencias eran la muerte por fusilamiento, ahorcamiento o traslado a manos de la Policía Secreta Estatal, que enviaba a los condenados a un campo de concentración. Heydrich decidió que los checos serían transportados al campo de concentración de Mathausen donde serían liquidados en silencio”.La mayoría de las ejecuciones no se anunciaban en público, puesto que Heydrich había lanzado una campaña a fin de mostrar que el territorio checo estaba bajo pleno control de Alemania y que el pueblo se había resignado a cualquier intento de resistencia.
Por otro lado, el Carnicero de Praga intimidaba a los checos con ejecuciones. Aunque se anunciaron públicamente 404 sentencias de muerte, se estima que aproximadamente 5.000 miembros de la resistencia fueron deportados a los campos de concentración de Auschwitz y Mathausen, que entonces eran sinónimos de la muerte.
Explotar a los checos a favor de Alemania
En caso de que los ejecutados fueran obreros, a diferencia de maestros o médicos, su ocupación nunca se daba a conocer en público. La mano de obra y el potencial económico de las Tierras Checas eran importantes para el aparato nazi, señala Vojtěch Šustek.
“La Alemania nazi no quería estropear la sociedad checa con terror como lo habían hecho en Polonia y Yugoslavia, donde las empresas ya no funcionaban, solo se disparaba, y a Alemania no le servía para nada. Aquí existía un potencial económico y una mano de obra cualificada y avanzada. El objetivo era que los trabajadores fueran explotados a favor del esfuerzo bélico alemán”.
Heydrich puso en marcha una campaña propagandística en la que prometía a los trabajadores obedientes beneficios como por ejemplo recreos en el balneario de Luhačovice.
Con la ayuda de los periodistas colaboracionistas, el Carnicero de Praga cultivaba una imagen de hombre duro y justo, que tenía buenas intenciones con el pueblo checo. En realidad, en una conferencia de las élites del régimen nazi pronunció abiertamente que el pueblo checo sería arrasado en el futuro.Reinhard Heydrich distinguía cuatro grupos de checos conforme a su raza y su pensamiento, apunta el historiador.
“Reconocía razas buenas con pensamiento favorable hacia el régimen nazi, que eran capaces de convertirse en alemanes. Los de raza buena y pensamiento inadecuado deberían ser reeducados. De no ser posible, serían ejecutados. Los checos de raza inadecuada y pensamiento favorable debían ser castrados y trabajar después de vigilantes en campos de concentración. Los de raza inadecuada y pensamiento no favorable serían “evacuados” al Este, Heydrich habló del territorio del Óceano Ártico. La evacuación al Este era un eufemismo alemán para la muerte en cámaras de gas”.
El Gobierno checoslovaco, que se hallaba en aquel entonces exiliado en Londres, decidió tras la llegada de Heydrich llevar a cabo operaciones de resistencia a fin de mostrar al mundo que su pueblo no había resignado y que se hallaba de parte de los Aliados que trataban de combatir a Alemania.La estrategia de resistencia se basó en la liquidación de los ocupantes, colaboracionistas e incluyó asimismo la Operación Antropoide.
“Encontré una prueba de octubre de 1941, cuando el jefe del Servicio de Inteligencia Checoslovaco en Gran Bretaña, el coronel František Moravec, citó a dos paracaidistas, Josef Gabčík y Karel Svoboda. Les dijo que los responsables por los asesinatos en Checoslovaquia fueron Karl Herman Frank y Reinhard Heydrich, y que era necesario que uno pagara por ello. Los paracaidistas pasaron por un entrenamiento especial, donde Svoboda resultó herido y por recomendación de Gabčík fue sustituido por Jan Kubiš”, indicó Šustek.
Vojtěch Šustek explica por qué se tardó más de ocho meses en realizar el atentado.“El equipo militar del Ejército checoslovaco dependía de Gran Bretaña. A la vuelta de los años 1941 y 1942 recibió de los británicos un avión para lanzar a los paracaidistas. Junto al comando Antropoide volaron en él otros dos comandos, Silver A y Silver B. Su lanzamiento en Checoslovaquia dependía de las condiciones meteorológicas y la longitud de las noches”.
Jan Kubiš y Josef Gabčík, que formaron el comando Antropoide, juraron en el avión al jefe de su unidad que estaban dispuestos a asesinar a Heydrich aunque les costara la vida. En la noche del 29 y 30 diciembre de 1941 los paracaidistas aterrizaron en los alrededores del municipio de Nehvizdy, cerca de Praga.
Los nazis ignoraban las amenazas del atentado
Reinhard Heydrich recibía cartas anónimas con amenazas de muerte, pero las autoridades nazis las tachaban de pura fantasmagoría. En abril de 1942, un mes antes del atentado, los oficiales registraron que entre los checos corría el rumor de que se preparaba el asesinato de Heydrich, pero no lo tomaban en serio. La Gestapo incluso ya había detenido a varios paracaidistas con bombas y metralletas. No obstante, el día del atentado el Carnicero de Praga se encontraba en su automóvil sin escolta.
Vojtěch Šustek apunta que el hecho de que uno de los hombres más odiados por los checos se moviera por la capital checa sin vigilancia se debía parcialmente a su propia paranoia.“De la protección de los oficiales del Tercer Reich se encargaba una unidad de la Gestapo, encabezada por un comisario alemán, que ocupaba este cargo ya durante el servicio de Konstantin von Neurath. Heydrich no confiaba en él ni en la Policía del Protectorado checa, así que prohibió que lo protegiera. No es que no tuviera miedo, sino que no confiaba en ellos. Resulta que a veces iba con la escolta, a veces no. Los paracaidistas Gabčík y Kubiš observaron esta situación a largo plazo, contaban con una persona en la Administración del Castillo de Praga que les informaba cuando iba sin escolta. Durante el atentado lograron acercarse a Heydrich a una distancia de metro y medio”.
El atentado a Reinhard Heydrich se llevó a cabo el 27 de mayo de 1947 en el barrio praguense de Kobylisy. Josef Gabčík aprovechó que el automóvil descapotable de Heydrich tuvo que disminuir la velocidad en una curva peligrosa, y se acercó al Carnicero de Praga con una metralleta. El arma falló, por lo cual su compañero Jan Kubiš lanzó al automóvil una granada. Heydrich resultó herido y el 4 de junio falleció en el hospital de Bulovka.
El pueblo checo pagó por la muerte de uno de los hombres más importantes del Tercer Reich de una forma tremenda. Durante los primeros cinco días tras el atentado, los nazis dictaron más de 500 sentencias de muerte. El 10 de junio arrasaron la aldea de Lidice y asesinaron la mayoría de sus habitantes. Dos semanas después se enfrentó al mismo destino el pueblo de Ležáky.