La negra Ostrava se llena de colores

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"Ostrava ya no es negra, sino de colores". Con este lema arrancó el pasado fin de semana en la metrópoli industrial de Moravia del Norte, denominada en los años anteriores "corazón de acero de la República", la primera edición de un nuevo festival de música al aire libre.

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El festival "Colours of Ostrava" - "Colores de Ostrava" atrajo al centro de la ciudad, que en los meses veraniegos da la impresión de ser un sitio abandonado por la gente, más de cinco mil visitantes. La mayoría llegó de Moravia, pero había también público de las regiones fronterizas de Eslovaquia y Polonia.

Los organizadores pudieron sentirse satisfechos, lo que confirmó la directora artística del festival, Zlata Holusová.

"Hemos logrado todo lo que nos propusimos, es decir entrelazar las bandas musicales que gozan de gran popularidad en el país, como Monkey Business, Tatabojs, Hypnotix, Krystof, con las menos conocidas, pero no menos atractivas, sobre todo del extranjero. El público quedó entusiasmado por el cantante indio Bapi Das Baula y su grupo Senses, de Francia, por la orquesta de tambor Uado Taraban, de Polonia, o la banda Transsylvanians, de Hungría. Con aplausos fueron recibidas asimismo las bandas de Eslovaquia, Ghymes y Seven days to Winter, que recibió el "Grammy" eslovaco como "Revelación del año 2001".

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La multicoloridad de naciones y géneros caracterizó al festival. "Libertad musical. Derrumbar las barreras. Las de generaciones, nacionalidades y las culturales", se pudo escuchar de las seis escenas del festival.

¿Y cómo será la próxima edición? Los organizadores prometen mantener el mismo estilo y quizás se presente una de las estrellas de la música étnica, Rachid Taha.