La Navidad checa con los ojos de los hispanos
Las diferencias entre las costumbres navideñas checas e hispanas centran este programa especial de Nochebuena. Los invitamos a escuchar las experiencias de varios hispanohablantes residentes en la República Checa.
Desde el 1 de diciembre, las ciudades checas se visten de Navidad, originando un particular ambiente marcado por adornos, luces, olor a vino caliente y villancicos que convierten a Chequia en un paisaje de cuento de hadas. Para Paola Razo, natural de la Ciudad de México, es su época favorita del año, según confiesa.
“El ambiente navideño en la República Checa es maravilloso. Me encantan los mercadillos. Claro, este año no hubo, pero me encanta caminar entre ellos, calentarte con un vino caliente, este olor calentito a nueces con azúcar, las artesanías que se hacen y que puedes comprar y los árboles grandes con adornos y luces. Me encanta ese espíritu navideño en la República Checa. Es mi época favorita por el ambiente, la comida y la convivencia”.
Para el español Chemi Escobar, natural de Campo de Criptana, en Castilla-La Mancha, es precisamente este ambiente único lo que le encanta de la época navideña en la República Checa.
“En España también hay, pero desde donde vengo, no se respira este ambiente navideño como aquí en Praga. Evidentemente, es por la ciudad y la decoración. Me encanta ir a tomar un vino caliente, una medovina (un licor de miel) o comer algo”.
Por su parte, el colombiano Gustavo Núñez, que llegó a Praga desde la ciudad de Pasto, aprecia las numerosas actividades culturales que se realizan habitualmente durante el Adviento para el público, como conciertos, espectáculos y talleres, entre otros. Disfruta también las tradiciones locales. Su favorita es la de San Nicolás, conocido en checo como Mikuláš, que recorre el 5 de diciembre los hogares checos junto a un diablo y un ángel para remunerar a los niños buenos y regañar a los desobedientes.
“Me encanta Mikuláš, es lo mejor. Creo que la gente se esmera mucho para hacerlo. El año pasado estábamos en un restaurante, llegó un diablo y tenía una actuación increíble. Creo que los checos no lo hacen simplemente por disfrazarse o recolectar dinero, ya que los padres les dan propinas, sino que lo hacen como una buena tradición. La actuación siempre se ve impresionante cuando los ves por la calle”, señaló Gustavo Núñez.
La cena de la Nochebuena en Chequia suele ser habitualmente menos variada en comparación con el menú navideño de los países de habla hispana. Chemi Escobar celebra con su esposa checa y sus dos hijos la Navidad al estilo checo, pero la cena tiene un toque de su España natal, afirma.
“He introducido un poco del menú español algunos años. Sacamos jamón y queso manchego y hacemos unas tapitas para picar entre la comida, que se come muy temprano, hasta la cena. Mi mujer y mi suegra suelen hacer jednohubky, unos pequeños canapés. Como en España cenamos pierna de cordero al horno, le pasé a mi suegra la receta de mi madre y algún año lo ha hecho también”.
El extraño destino de la carpa checa
En la mayoría de los hogares checos, el plato tradicional de la Nochebuena es la carpa frita. El sabor particular y las numerosas espinas de este pescado de agua dulce no agradan a cualquier paladar. En este caso, muchos checos optan por un filete de cerdo o pechuga de pollo empanados, o por salmón, que gana cada vez más protagonismo en las mesas navideñas checas. No obstante, el menú de Nochebuena en la casa de Paola Razo es completamente diferente, según nos cuenta.
“Prefiero otro menú que cocinar carpa. Me encanta cocinar y desde que tengo oportunidad de hacer toda la cena, cada año hago lomo a la mostaza con papas, la ensalada de manzana conocida como la ensalada de Navidad, con piña, nueces y crema, y espagueti rojo con pan con ajo”.
Por su parte, Gustavo Núñez es fan de la carpa, pero le extraña una costumbre checa relacionada con este pescado, según confiesa.
“Se acostumbra comprar el pescado, mantenerlo vivo durante un tiempo en la bañera y luego matarlo. Eso se me hace un poco extraño, nunca lo hemos hecho en la familia nuestra, ellos compran pescado muerto. Se me hace un poco raro porque a lo mejor te encariñas un poco, ya que lo tienes unos días, y creo que después no te lo quieres comer”.
Lo que nunca falta en las mesas checas es una ensalada de patatas (bramborový salát) elaborada de zanahorias, apio, pepinillos agridulces, huevos y mayonesa. Algunos agregan también mortadela o manzana.
“Cukroví” es otro protagonista del menú navideño checo. Las mujeres checas suelen preparar estas galletas variadas desde comienzos de diciembre. Entre las más emblemáticas figuran las galletas de jengibre, medialunas de vainilla con nueces, colmenas de abeja rellenas con licor de huevo y la trenza navideña.
"¿Y qué pasó con la fiesta?”
Según coinciden todos nuestros entrevistados, el número de familiares reunidos en la cena de la Nochebuena es una de las mayores diferencias entre las costumbres navideñas checas e hispanas.
“La reunión familiar en México se hace con tíos, primos, abuelos, se hace una gran tribu. Aquí es solamente con la familia de mi esposo y sus papás, por lo tanto, es una diferencia de convivencia”, señaló Paola Razo.
Una gran fiesta con muchos familiares es algo que Gustavo Núñez extraña un poco en Chequia, según confiesa.
“Cuando estamos reunidos el día 24 en la República Checa, ponemos música de navidad en volumen moderado. En Colombia siempre llega un familiar que coloca un equipo de sonido tipo discoteca, no es música de navidad precisamente, es música popular, se coloca a muy alto volumen e incita a la gente a bailar. Hay una gran diferencia allí, la reunión se vuelve una fiesta. A veces lo extraño. Me gusta mucho la comida, la tradición de que escondemos a los niños o los mandamos a otro cuarto y hacemos sonar la campana para que vayan por sus regalos, pero después me quedo como: ¿Y qué pasó con la fiesta?”.
El horario de la cena, que se sirve en muchos hogares checos aproximadamente a las 18 horas, y la variedad de platillos son otras diferencias entre los festejos navideños en la República Checa y en México, apunta Paola Razo.
“Con respecto a la comida, allá se cocina de todo, lomo, pavo, pierna, romeritos, ensaladas, bacalao, todo el mundo puede comer un poco de todo. Trato de hacerlo más variado, pero no tantos platos diferentes. Allá cenamos tarde como a las ocho o nueve de la noche para recibir la medianoche. Aquí se cena un poco más temprano”.
Por su parte, Gustavo Núñez encuentra la mayor diferencia navideña en los salones de los hogares checos. Nos cuenta una anécdota al respecto.
“La primera vez que pasé la Navidad acá, estuve en la casa de la mamá de mi entonces novia, ahora esposa. Ella estaba muy orgullosa del árbol. Yo lo miraba y me parecía que estaba un poco torcido, no uniforme, no era un triángulo perfecto. Me dio curiosidad por qué estaban tan orgullosos del árbol. Después me di cuenta de que era un árbol natural. En Colombia no he conocido ninguna casa con un árbol natural, todos son plásticos, y entonces son perfectos. Es la mayor diferencia, no tenemos un árbol natural de Navidad”.
No todo son diferencias. Los niños checos reciben sus regalos navideños el 24 de diciembre de las manos del Niño Jesús, conocido en checo como Ježíšek, que después de la cena hacer sonar una campanilla para invitar a todos a que repartan los obsequios que se encuentran debajo del árbol navideño. Según nos contó Gustavo, esta costumbre coincide con la tradición colombiana.
“Los regalos los trae el Niño Jesús. Me parece algo muy interesante, siendo uno de los países menos religiosos, que a los niños les digan que es el Niño Jesús quien trae los regalos y no es Santa Claus. Es una curiosidad porque lo mismo hacemos en Colombia. Santa Claus está en los centros comerciales, es algo que tiene que ver con la Navidad, pero el que trae los regalos es el Niño Jesús”.
La Navidad en casa, la Nochevieja en la montaña
Mientras que la Navidad checa es una fiesta más íntima, la Nochevieja se celebra en Chequia generalmente en compañía de amigos, explica Chemi Escobar.
“En España solemos cenar con la familia, sin embargo aquí ya no es tanto en familia. La gente joven suele irse a las montañas con los amigos. Nosotros la solemos pasar en Praga. La Nochevieja en mi casa es más al estilo español. Ponemos tapas, todo lo que tenga de España, compro langostinos y celebramos la entrada del año, nos tomamos las uvas y brindamos”.
En Radio Praga Internacional les deseamos que disfruten los festejos navideños a lo máximo y que el año venidero sea más feliz y próspero.