La Naturaleza en el objetivo de Václav Silha

Foto: Václav Šilha

Václav Šilha es uno de los fotógrafos de naturaleza y fauna más conocidos de la República Checa. Su trabajo ha sido publicado en la revista National Geographic y en la BBC de Vida Silvestre. El año pasado, Šilha visitó y fotografió las islas Sandwich, el “último bastión del mundo” antes de la Antártida.

Foto: Václav Šilha
Mostrar la naturaleza a través de imágenes es el trabajo del reconocido fotógrafo checo Václav Šilha. Sus instantáneas son una pieza fundamental de la revista National Geographic y de otras publicaciones del ramo en las que los osos, los leones, elefantes y un sinfín de animales, ya sean grandes o pequeños, son sus modelos anónimos.

Šilha empezó a “disparar” hace tan sólo 14 años, y desde entonces no ha parado. Empezó a fotografiar en África y viajó por todo el mundo, pero algo se le escapaba: la Antártida. Hace escasos meses cumplió su objetivo de viajar al continente blanco.

"Yo estuve allí tres veces durante tres períodos de dos meses, viajando a bordo de un yate pequeño conocido como 'El Vellocino de Oro', de 18 metros de largo. Era pequeño, por supuesto, y mis primeros pensamientos fueron 'Dios mío, ¿qué voy a hacer a bordo de este barco? Debido a que el espacio era limitado, las cosas eran bastante incómodas. Uno se ve limitado en la frecuencia con la que se puede lavar, hay que racionar la comida, y así sucesivamente. Por otro lado, es una aventura real y eso es lo que era más emocionante".

Václav Šilha,  foto: Adam Kebrt
El “Jasón” de este Vellocino de Oro fue el malvino-francés Jérôme Poncet, un marino que lleva curtiéndose en las aguas del Antártico desde hace más de 40 años. Una experiencia gracias a la que Šilha pudo descubrir lugares que de otra forma le hubiesen resultado imposibles de imaginar.

"Jérôme es un hombre notable. Lideró las tres expediciones y estoy realmente feliz dehaber llegado a conocerlo. [Usted mencionó el irlandés de Braveheart que dice "Es mi isla!"]. Eso lo describe perfectamente. Cuando él te muestra tu alrededor, te presenta zonas de la Antártida como sus descubrimientos. Deja claro que hay que portarse bien porque es su tierra".

Como un primerizo en la Antártida, el fotógrafo dice que se basó en la experiencia del capitán para elegir lugares de excepcional belleza, por ejemplo, en Georgia del Sur y las islas Sándwich del Sur.

Foto: Václav Šilha
"Puedes tener dos tipos de días: ya sea hermoso de cielo azul con un pequeño jirón de nube o bien de color gris acero. En cuanto a fotografiar allí, a menudo se trabaja dentro de la composición geométrica: el cielo, la tierra, los animales. En las Islas Sándwich vi algo que nunca había visto antes: una colonia de tres millones de pingüinos. Tomar un retrato de un pingüino en tales circunstancias tiene poco sentido. Disparé grandes paisajes y grandes cuadros, prestando atención a la composición y a la geometría".

A menudo, en la Antártida se está solo. Pero entonces hay zonas donde, a excepción de otros humanos, están llenas de fauna como pingüinos u orcas.

"Había leído mucho sobre ballenas asesinas y tenía un gran deseo de fotografiarlas. Pero nunca me imaginé lo que sería capturarlas con la cámara durante la caza. Cazaban en grupos de seis o así, totalmente organizadas, moviéndose en una redada contra focas o pingüinos. Su inteligencia natural realmente me impactó".

Foto: Václav Šilha
Fotografiar la vida silvestre puede tener diversos riesgos: al fotografiar en la sabana africana, Šilha cuenta que precisa de lentes más largas para disparar a los grandes felinos a distancia. “Ninguna fotografía merece la pena para recibir un premio In Memoriam”, explica.

"Mirar a través del visor puede ser un problema. A veces, en cierto modo, me olvido de donde estoy porque mi principal preocupación es la luz y la composición. Así, hay veces que ocurre que me doy cuenta de que estoy más cerca de un animal salvaje de lo que debería estar".

Es fácil sorprenderse sabiendo que el fotógrafo solamente entrega unas cinco fotografías de todo su trabajo.

Foto: Václav Šilha
"Veinte serían demasiadas: si vuelvo de un viaje y tengo cinco fotos que puedo exponer, puedo estar feliz. En el pasado, apretaba el disparador mucho más a menudo, tomando miles de fotos; la proporción ha bajado ahora a los cientos de veces".

Al estar lejos, dice, uno experimenta el tiempo de manera diferente, sobre todo en los amplios espacios de un continente como la Antártida. Una experiencia única para él y para quienes esperan con ilusión poder ver sus fotos e imaginar así que han sentido el viento del Polo Sur también en sus caras.

Autores: Jan Velinger , Borja de Jorge
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