La mitad de los checos apoyan que las mascarillas se sigan usando en el futuro

Foto: ČTK / Luděk Peřina

En Chequia, las mascarillas ya no son obligatorias en todas partes a partir de este lunes. Sin embargo, un gran número de ciudadanos apoyan su uso de cara al futuro.

Foto: ČTK / Michaela Říhová

Ya no es obligatorio llevar mascarilla en la República Checa a partir de este lunes, una medida que el Gobierno implantó el pasado 19 de marzo para frenar la expansión del coronavirus. Sin embargo, todavía será necesario utilizarlas en ciertas situaciones: en el transporte público, en el interior de edificios y al aire libre cuando no sea posible mantener una distancia de dos metros.

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Esta novedad llega junto a una nueva fase de levantamiento de restricciones que comienza este 25 de mayo, cuando ya es posible entrar, por ejemplo, al interior de restaurantes y cafeterías. En Chequia, en general, la epidemia está controlada y eso se nota tanto en las decisiones del Gobierno como en el día a día de la gente.

No obstante, algunas regiones todavía tienen problemas. Es el caso de Karviná, en la región de Moravia-Silesia, que se ha visto sacudida con un gran aumento de los infectados a partir de unos contagios en una mina.

Pero como señaló a la Televisión Checa el ministro de Salud, Adam Vojtěch, estos casos requieren medidas locales, y no se plantea que regiones que se están recuperando tengan que volver atrás en la desescalada.

“Ya no queremos tomar medidas a nivel nacional, sino solucionar la situación de forma local. Si en una región hay un problema y en el resto de la República no, no vemos motivos para imponer restricciones nacionales”.

Adam Vojtěch,  foto: archivo de la Oficina del Gobierno Checo
El plan del Ministerio de Salud es que el uso de mascarillas deje de ser obligatorio en todas partes a finales de junio, aunque ello dependerá de la evolución de la epidemia y podría variar entre regiones.

A pesar de que la situación general es buena, los checos no se olvidan del virus con facilidad y todavía hay temor a un posible contagio. Esto es lo que se desprende de un estudio de la agencia Median para la Radio Checa, que apunta que el 52 % de los encuestados quiere seguir usando mascarilla en ciertos lugares incluso cuando ya no sea obligatorio.

Entre las situaciones más mencionadas se encuentran visitas al médico, a residencias de ancianos o el uso del transporte público. Por ejemplo, el 42 % dijo que sería adecuado seguir utilizándolas en espacios interiores en general, indica el director de la agencia Median, Přemysl Čech.

“Me parece un número bastante importante que un 42 % quiera seguir llevando mascarilla en espacios cerrados. Cuando todos vuelvan a la oficina y no haya restricciones, será un aspecto muy importante que la gente se siga protegiendo”.

Pero el mismo estudio reveló un dato que sorprendió a los especialistas de la agencia Median. A la pregunta de si se vacunarían contra la enfermedad COVID-19 cuando exista una vacuna para ello, solo el 49 % respondió afirmativamente.

Přemysl Čech,  foto: archivo de la agencia Median
Přemysl Čech cree que puede deberse a que es algo nuevo y la gente tendría miedo a los efectos secundarios, aunque él personalmente piensa que el Estado checo no aprobaría una vacuna que no fuera segura.

“El sistema sanitario no va a permitir que se use de forma masiva algo que no se haya probado antes. En los últimos años ha crecido el porcentaje de antivacunas, y quizás esta cifra refleje también la inseguridad respecto a cómo se está desarrollando la vacuna y que no se haya probado mucho. Esto puede crear miedo en la gente”.

El estudio de la agencia Median refleja que el 43 % de los encuestados no se vacunaría contra el coronavirus si hubiera una vacuna disponible, mientras que un 8 % tiene dudas. Más hombres que mujeres se mostraron dispuestos a vacunarse en general. Asimismo, los partidarios de la vacuna llegaron casi al 60 % en Praga y en Bohemia Central.

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