La mala fama del viernes 13
Mientras que para las personas supersticiosas de las culturas hispanohablantes es el martes 13 el día de la mala suerte, en otros países como la República Checa, es el día de hoy, el viernes 13, cuando mucha gente teme salir de casa. La existencia de las supersticiones es tan antigua como la misma humanidad y en la nueva edición del ´Hable Checo con Radio Praga` hablaremos de ellas.
¿Por qué no debería? -proč bych neměla?-.
Porque hoy es viernes 13 -dnes je pátek třináctého- y como sé que eres muy supersticiosa -jsi velmi pověrčivá- y esta fecha te da miedo, quería animarte un poco más para el resto del día.
¡No me digas eso! -to mi ani neříkej-. No habérmelo recordado -neměl jsi mi to připomínat-. Ahora sabiéndolo, seguro que me va a pasar algo malo. Incluso estamos en el año 2013. Voy a pedirle al jefe un día libre.
Bueno, no creo que el hecho de sufrir parascavedecatriafobia te sirva de excusa.
¿Parasca qué? Vaya palabra. Y luego dirán que la pronunciación checa es difícil. ¿Qué es eso?
Es la denominación para el miedo a esta fecha, ya que hay muchas personas que lo sufren. Este día optan por no salir de casa -nevycházet z domu-, no hacer negocios -neuzavírat obchody- y ni se les ocurre subir al auto -nastoupit do auta-.
De hecho, ¿sabes por qué el viernes 13 se considera el día de la mala suerte -smolný den-?
La verdad es que ni lo sé ni lo entiendo, ya que, en general, los viernes son días estupendos. Dan comienzo al fin de semana, y además alrededor del día 13 en Chequia se suelen cobrar los salarios. Así que no le veo ninguna razón.
La historia de esta superstición se remonta a la época de Jesucristo. Él fue crucificado un viernes, que en checo se llama el Gran Viernes -Velký pátek-. En la Última Cena participaron 13 personas y la décimotercera fue Judas -Jidáš-, el que traicionó a Jesucristo. De allí el día de la mala suerte. Otra historia data del siglo XIV, cuando el 13 de octubre de 1307 el rey francés, Felipe IV, desencadenó persecusiones y torturas contra los templarios. Y claro, la fecha cayó en viernes.Mira, ¡ya está! -koukej, už je to tady-. Acabo de romper la taza que me regalastéis. A ver qué me dirás ahora, eso no habrá sido una casualidad -to nebude náhoda-.
¡Venga ya! -ale jdi ty-. Eso no ha pasado por el viernes 13, sino por torpe. Era solo una cuestión del tiempo, ya que siempre la colocas al borde de la mesa. Además, al contrario se dice que los pedazos de cristal roto traen buena suerte -střepy přinášejí štěstí-. Ahora veo que ni te puedo invitar a la fiesta que organizo la próxima semana en mi casa, ya que si mi gato negro se te cruza en el camino -moje černá kočka ti přeběhne přes cestu-, te volverás loca.
Pues sí. La última vez que me pasó, tuve que dar una gran vuelta, ya que quería desviar la mala suerte pasando por otro camino.
Me acuerdo perfectamente de ese día, ya que por eso llegaste tarde al trabajo y te echaron una bronca. Así que al final lo que te trajo la mala suerte fue no haber pasado por el mismo camino del gato.
Sin embargo, ya estoy superando la superstición del espejo roto que trae siete años de mala suerte -rozbité zrcadlo přináší sedm let neštěstí-. Es que como cada dos por tres rompo el espejito que llevo en mi bolso, según el mito la mala suerte me acompañará durante las seis próximas vidas. Así que ya da igual.
¿Y qué tal lo llevas con las tapas cuadradas de las alcantarillas -hranaté poklopy kanálů-? Ya que otro mito dice que pisarlas trae mala suerte -šlápnout na ně přináší smůlu-.Pues, fíjate que eso no lo sabía. Así que ya tengo otro punto en la lista de mis supersticiones. No me digas nada más, por favor -už mi, prosím, nic neříkej-.
Bueno, un salero derramado -rozsypaná slánka-, pasar por debajo de una escalera -projít pod žebříkem-, levantarse con el pie izquierdo -vstát levou nohou-, supongo que todo eso ya lo conoces y evitas.
Sí, también sé que no hay que casarse en mayo, ya que un mito checo dice -svatba v máji, do roka máry-, lo que quiere decir que si el matrimonio se contrae en mayo, uno de la pareja muere en el curso de un año.
Por un lado decís que mayo es el mes del amor, y por otro que no hay que casarse. ¡Qué lío!
La explicación es que en el pasado, las mujeres solían quedarse embarazadas justo tras la boda. Y si se casaban en mayo, daban a luz en febrero.Tras el largo inverno, en este mes ya no quedaba mucha comida en los hogares, así que las mujeres se debilitaban y, a veces, no llegaban a sobrevivir al parto.
Bueno, creo que en la época y el lugar donde vivimos ya no hay este peligro.
Pero ¿qué haces ahora?
Estoy tocando madera tres veces -ťukám třikrát na dřevo- para evitar que ocurra eso. Nunca se sabe cuando se puede volver a pasar hambre.
Bueno, entonces mejor que toques cristal, ya que la madera puede quemarse, así que no sirve para mucho. ¡Mira por la ventana! Al final parece que vas a tener un día feliz.Ah, hay un deshollinador -kominík- en el techo.
Se dice que al ver a un deshollinador, uno se debería agarrar un botón del vestido -chytit se za knoflík na svých šatech-. Sin embargo, veo que tu vestido no lleva ninguno. Así que, ¡mucha suerte!