La luz y la sombra tienen vida propia
"Una buena cámara fotográfica no hace un buen fotógrafo", este fue uno de los lemas de Frantisek Drtikol, primer fotógrafo checo de renombre mundial. La inclinación hacia el simbolismo y el modernismo, la admiración por el cuerpo humano, así como su extraordinario talento de jugar con la luz y la sombra caracterizan su legado artístico, que pertenece a las joyas del arte checo del siglo XX.
Frantisek Drtikol fue un mago de la fotografía que, en su caso, fue siempre producto de prolongados preparativos. Todo lo tenía premeditado y previamente preparado.
Pensaba en cada detalle, elegía cuidadosamente los modelos y durante horas enteras hacía cálculos con la luz. Con frecuencia solía plasmar en el papel la imagen de la fotografía que se preparaba a tomar. Para lograr el mejor resultado utilizaba distintas técnicas.
Resulta paradójico que Drtikol se convirtiera en fotógrafo contra su propia voluntad. Quiso estudiar pintura, no obstante, sus padres le obligaron a aprender el oficio de fotógrafo. Sin embargo, su amor hacia la pintura le ayudó más tarde en su profesión fotográfica, puesto que le permitió hacer esbozos de la composición de sus futuras fotografías, explicó el historiador, Stanislav Dolezal.
"Ansioso de conocer más sobre la fotografía, Frantisek Drtikol viajó a Munich, donde estudió dos años en una escuela para jóvenes talentos. La ciudad alemana era entonces uno de los más importantes centros del modernismo europeo. Drtikol lo absorbió plenamente".
Sus primeras composiciones figurativas están marcadas claramente por este estilo. Los retratos femeninos tienen una atmósfera sentimental y la composición de las fotografías es altamente decorativa.
El propio Frantisek Drtikol consideraba el año 1919 como el inicio de su carrera artística. Después de la época de estudios abrió su primer taller en una de las calles céntricas de Praga. Recién allí se le abrió la posibilidad de llevar a la práctica su talento y su imaginación.
En poco tiempo, el taller de Frantisek Drtikol comenzó a gozar de fama y prestigio, señaló el historiador, Stanislav Dolezal.
"En su estudio se dejaba retratar la flor y nata de la sociedad checa, así como personalidades de la vida política y cultural de la época. Entre ellos el primer presidente checoslovaco, Tomas Garrigue Masaryk".
Sobre todo las mujeres acudían al estudio de Frantisek Drtikol, ya que sabían que el rostro femenino era para el artista una inagotable fuente de inspiración.
También los desnudos femeninos fueron para Drtikol un tema eterno, puesto que complacían plenamente su sentido de la estética. Con ayuda de la luz y la sombra destacaba las siluetas o determinados detalles, como por ejemplo las manos o la línea de la espalda, mostrando su forma y, sobre todo, su hermosura.
En los años 30, Frantisek Drtikol comenzó a experimentar, reemplazando a los modelos vivos por figuritas o siluetas de papel, afirmó el historiador, Stanislav Dolezal.
"Drtikol solía decir que justo desde aquel momento comenzó a sentirse plenamente libre y satisfecho con su obra, puesto que los modelos vivos no siempre cumplían con su idea sobre la composición de la fotografía."
Frantisek Drtikol abandonó su profesión en 1935. Falleció apenas recordado en 1961. Su legado artístico es parte de las colecciones del Museo de Artes Aplicadas de Praga.