La inauguración del monumento al Holocausto gitano de Lety cierra un deshonroso capítulo para Chequia

El monumento al Holocausto gitano de Lety

Las máximas autoridades del país asistieron a la inauguración del monumento al Holocausto gitano de Lety. Los descendientes de las víctimas recordaron la humillación que durante décadas supuso que sobre el antiguo campo de concentración no solo no se les rindiera el debido homenaje, sino que además se instalara una magrogranja de cerdos.

Foto: Petr Kubát,  Český rozhlas

Por el campo de concentración de Lety pasaron desde agosto de 1942 a mayo de 1943 1308 gitanos, mujeres y niños incluidos. De todos ellos, en condiciones infrahumanas, con un trato violento y degradante de las autoridades nazis, 327 murieron allí y más de 500 fueron transportados al campo de exterminio de Auschwitz.

Más de 80 años han tenido que pasar para que en el lugar se recuerde aquella infamia, un periodo demasiado largo que ya es de por sí una infamia más que tuvieron que soportar familiares de las víctimas y supervivientes, como recordó en la inauguración el presidente de la República Checa, Petr Pavel.

Foto: Petr Kubát,  Český rozhlas

“La sociedad checa obvió durante mucho tiempo la existencia de las víctimas gitanas del régimen nazi, también debido a la actitud del antiguo régimen comunista. Aquí, en lugar de construir un lugar de culto digno, construyó una gran granja de cerdos. Y al hacerlo, dejó clara su posición sobre las tragedias humanas ocurridas. Sin embargo, después de noviembre de 1989, tuvieron que pasar otros casi 30 años antes de que el gobierno decidiera en 2018 comprar la granja y construir el monumento que hoy se inaugura como un lugar digno de conmemoración a las víctimas del Holocausto gitano”.

El primer ministro, Petr Fiala, también lamentó que el monumento de Lety haya tardado tanto en hacerse realidad.

“El Holocausto significó un verdadero genocidio para los gitanos checos. Sólo una décima parte de ellos vivieron para ser liberados. Y ahora que hablamos de esta inauguración, tengo que añadir que ‘por fin’. Por fin podemos recordar con honor a las víctimas gitanas de la monstruosa e incomprensible ideología que tomó Europa en los años 30 y 40. Tenemos que admitir que francamente ha pasado demasiado tiempo. De la transformación de este lugar se habló ya hace 30 años pero el Estado pospuso durante mucho tiempo la compra de los terrenos. Este monumento debería existir desde hace mucho”.

El monumento al Holocausto gitano de Lety | Foto: Matěj Vodička,  Český rozhlas

“Los gitanos ya parten un kilómetro por detrás de la línea de salida”

En el acto de inauguración no faltaron representantes de instituciones gitanas y descendientes de reclusos del campo de Lety como Rudolf Murka, que hizo hincapié en la doble humillación de las víctimas gitanas.

El monumento al Holocausto gitano de Lety | Foto: Matěj Vodička,  Český rozhlas

“El campo de concentración de Lety significa para los gitanos cómo se ha guardado silencio y se ha mirado hacia otro lado con el Holocausto gitano. Es un lugar en el que se manifestó plenamente la falta de respeto y humillación hacia las víctimas gitanas que aquí perecieron. Pero también a quienes sobrevivieron al infierno de los campos de concentración y regresaron a casa. Como mi padre, que sobrevivió a Auschwitz y otros campos de concentración y marchas de la muerte. Es increíble que los miembros de las familias supervivientes, nuestras familias, tuvieran que ir convenciendo durante 20 años a la sociedad después de la Revolución de Terciopelo de por qué es importante no tener aquí una macrogranja de cerdos. Deshonrados por la humillación, no se trataba sólo de la existencia de la granja, sino también de convencer a la sociedad de que nosotros también somos personas y que merecemos tener un lugar digno para nuestros familiares fallecidos”.

El padre de Rudolf Murka sobrevivió a Auschwitz pero no vivió para ver abierto el monumento de Lety. Se ha tardado tanto en levantarlo que ni siquiera lo han podido ver muchos de los hijos de los supervivientes o las víctimas, como es el caso también de uno de los grandes impulsores del proyecto, el activista Čeněk Růžička, cuyos padres sobrevivieron a los campos de Auschwitz y Mittelbau-Dora. Desde que Růžička se enteró en 1997 de la existencia del campo de Lety, no cejó en su empeño de que un monumento digno se erigiera en el lugar de la infame granja de cerdos. Su muerte a los 76 años en diciembre de 2022 le ha privado de saborear el éxito de su lucha. Su sobrina Jana Kokyová, presente en la inauguración, recordó para Radio Praga Internacional que nadie creyó en su familia que llegara a conseguir su objetivo cuando este se lo explicaba. Sin embargo, “personas como él nacen pocas”, dice, y lo logró. Sobre si esta dignificación de las víctimas gitanas del Holocausto cambiará en algo el día a día de los gitanos en Chequia, Kokyová no puede evitar el escepticismo.

“Creo que algo cambiará, de hecho, tengo que creer, porque si no, no haría nada para ello. Pero si esto nos va a llevar a un mejor mañana, tal vez no, o desde luego, no será literalmente mañana, pero tal vez sí en un horizonte de años, de generaciones. Me encantaría, ojalá, que nuestros hijos no tengan que nacer con este estigma de que sencillamente son gitanos y que ya parten un kilómetro por detrás de la línea de salida”.

Tras la inauguración oficial, sin embargo, no será hasta el próximo 12 de mayo cuando se abra al público el monumento de Lety, al que han contribuido, además del Ministerio de Cultura checo, la Embajada de Alemania en Chequia y fondos de Islandia, Liechtenstein y Noruega.

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