La historia del Che Guevara en Praga, ahora por fin en checo
La novela del diplomático argentino Abel Posse ‘Cuadernos de Praga’, que narra la estancia del Che Guevara en la capital checa, ha sido traducida por fin al checo. La historia, entre realidad y ficción, parte de materiales recabados por el autor durante su época de embajador en Chequia.
El escritor y diplomático argentino Abel Posse estuvo destinado en Praga como embajador en la interesante época que va de 1990 a 1996. Durante el tiempo que duraron sus funciones tuvo acceso a personalidades y materiales que sirvieron luego de base para una nueva novela, ‘Los Cuadernos de Praga’, que se publicó en 1998.
“Abel Posse eligió este momento de la vida del Che porque para un novelista es muy atrayente. Puede fabular e inventar cosas en base a la realidad. En su novela parte de testimonios sobre el Che pero en algunas cosas trata de fabularlo. Creo que se acercó a la figura muy bien, porque es muy compleja. Y cuando uno acaba de leer la novela, el Che permanece con su misterio. Creo que es lo mejor que un autor puede obtener. O sea, que no lo explica unilateralmente”.
Como ejemplo del tratamiento que recibe el Che en la novela de Posse, Stárková comenta un pasaje que a pesar de ser fictivo, podría muy bien haber pasado en realidad.
“Abel Posse hace que su Che Guevara se encuentre en Praga con un grupo de jóvenes hispanistas de la Universidad Carolina de Praga que le enseñan la realidad del socialismo. Esto no ocurrió nunca. Pero es un trámite del autor para acercar las cosas y cómo confrontar al Che y sus ideas con la realidad”.Incluso el mismo papel del embajador Posse en la reconstrucción de la historia praguense del Che Guevara se difumina entre realidad e invención literaria. Nadie sabe a ciencia cierta con quién habló Posse y a qué documentos tuvo acceso, lo único que sabemos es la versión que ofrece la novela, que no tiene por qué ser cierta, según comenta Stárková.
“Abel Posse, en su cargo de embajador, o sea, como persona real, encuentra en Praga a un ex agente de los servicios secretos checos, que aparentemente conoció al Che, o lo seguía. Este agente, dice el autor de la novela, tiene a su disposición la copia de unos diarios que el Che escribió en Praga. Yo creo que esto es una fabulación, seguro. Pero parte de algo muy posible, porque, como sabemos, el Che Guevara siempre escribía diarios, cartas, y en realidad en Praga escribió algo, porque a eso del año 2000 en Cuba salió un libro de Orlando Borrego que comenta las cartas que Ernesto Guevara le había enviado desde Praga”.Lo cierto es que las lagunas de información acerca de estos cinco meses de la vida del Che Guevara se explican sobre todo por el secretismo con el que se llevó a cabo la operación. El revolucionario de hecho se presentaba en público disfrazado, alternando dos identidades falsas: de comerciante uruguayo y empresario español, y con un aspecto irreconocible: con calva, gafas y una dentadura postiza que alteraba sus rasgos faciales.
Según los datos de los que dispone Stárková, y según aparece reflejado en ‘Los Cuadernos de Praga’ nadie más, aparte de las autoridades cubanas, sabía nada del paradero del Che.“Aquí pasó por un tratamiento médico en un hospital militar muy bueno y estuvo preparando su última hazaña en Bolivia. Pero su estancia fue secreta. Ni siquiera los altos representantes checoslovacos de aquel entonces sabían que el Che estaba aquí. Lo sabían solamente los cubanos, que organizaron esa estancia. Los servicios secretos cubanos tenían en Praga, y en Bohemia, algunas casas de seguridad, tal como los checos las tenían en Cuba. Se organizó a través de la embajada de Cuba y los altos representantes checoslovacos se enteraron de la estancia del Che en Praga a principios de los años 70”.
Abel Posse fue embajador, además de en Praga, en Tel Aviv, París, Lima o Madrid, entre otras capitales, y ejerció funciones diplomáticas hasta 2004. Su obra ha recibido numerosos galardones entre los que se encuentran el Premio Rómulo-Gallegos, el Premio Diana-Novedades o el Premio Literario Academia Argentina de Letras. Ha sido traducido a 16 idiomas.