La Fuerza Aérea checa defiende el espacio aéreo de cinco países
Con tan solo 14 cazas, la República Checa participa en la defensa del espacio aéreo de las tres repúblicas bálticas y, ahora, también el de Eslovaquia. Desde la Fuerza Aérea reconocen ciertas dificultades para cumplir con todos los compromisos y esperan la adquisición de nuevos aviones de combate que está negociando el Ministerio de Defensa.
Eslovaquia retiró los 11 cazas MiG-29 de fabricación soviética de sus fuerzas aéreas, que probablemente termine entregando a Ucrania para su defensa, y que remplazará por 14 nuevos F-16 estadounidenses. Solo que la entrega de estos, comprados en 2018, no se ha producido en la fecha prevista y no los recibirá hasta dentro de dos años. Bratislava, por tanto, pidió ayuda a sus vecinas Chequia y Polonia para proteger su espacio aéreo mientras tanto.
La ayuda ha comenzado este mes de septiembre, algo de lo que la ministra de Defensa checa, Jana Černochová, se siente orgullosa.
“Es una muestra ejemplar de colaboración de países vecinos en una región a la que ha llegado la guerra”.
La defensa del espacio aéreo eslovaco la realizará el ejército checo, curiosamente, desde Bohemia Central, desde la base de Čáslav. Evidentemente, no parece lo ideal “porque algo se tarda en llegar a Eslovaquia”, reconocen mandos militares, aunque aseguran que los Gripen supersónicos del ejército checo pueden llegar sin problemas hasta la frontera oriental con Ucrania y son capaces incluso de repostar en vuelo.
Pero el problema es más bien otro, en particular, la falta de aeronaves de combate de la Fuerza Aérea checa. Desde hace más de una década, Praga participa también en la misión internacional de defensa del espacio aéreo de Estonia, Letonia y Lituania junto a otros aliados de la OTAN. Chequia es capaz con sus 14 cazas de cubrir tantos frentes, pero ya no mucho más, explicó a la Televisión Checa el comandante de la Base de Aviación Táctica de Čáslav, Jaroslav Míka.
“El sistema está realmente al límite, hay que reconocerlo, y por eso las necesidades para el futuro de la aviación táctica es contar con 24 cazas, como anunció el Ministerio de Defensa”.
Jaroslav Míka se refirió también a la actualidad de la misión en las repúblicas bálticas, en la que Chequia comparte en este momento responsabilidades con Italia, Alemania y Hungría. Como estados fronterizos de la OTAN con Rusia, las tensiones han estado siempre a la orden del día. Cazas rusos suelen realizar intromisiones en el espacio aéreo de las repúblicas bálticas para conocer el tiempo de reacción de la seguridad de la OTAN, explicó Míka.
“Fui el comandante de nuestra primera misión en el Báltico en 2009 y ya por entonces teníamos frecuentes despegues de urgencia. Esto se intensificó después de 2014. Ahora se monitorea prácticamente a cada avión ruso debido a la situación en Ucrania, pero por las informaciones de que disponemos, las actividades de las fuerzas aéreas rusas en la región báltica no son ahora mucho mayores que en los años de atrás, ya que, como sabemos, tienen mucho trabajo en otro lugar”.
Nunca antes se había ocupado Chequia del espacio aéreo de tantos estados. De contar con más cazas, sí que los aviones checos se podrían haber establecido directamente en Eslovaquia. Tampoco Praga tendría que haber reducido su participación en los ejercicios Ample Strike de la OTAN.
Chequia, como mencionaba Jaroslav Míka, negocia en la actualidad la compra de 24 modernos F-35 estadounidenses. Pero estos serían suministrados durante la próxima década. Hasta entonces, Chequia seguirá alquilando los Gripen suecos.