La crisis migratoria protagoniza los actos conmemorativos de la Revolución de Terciopelo
Como viene siendo habitual, este 17 de noviembre la sociedad checa ha concebido el aniversario de la Revolución de Terciopelo como una forma de expresarse sobre los problemas de la actualidad. La crisis migratoria, los atentados de París o las protestas contra el presidente protagonizaron buena parte de las manifestaciones.
Al mismo tiempo la efeméride sirvió como marco para manifestaciones de distinto tipo. En la calle Albertov se celebró una concentración de rechazo a los refugiados procedentes de Oriente Medio. El acto se prolongó de forma que sus asistentes se convirtieron en el público del discurso que el presidente de la República otorga tradicionalmente en este lugar cada 17 de noviembre. Miloš Zeman, conocido por su postura crítica hacia el Islam, se dirigió así a una audiencia formada casi exclusivamente por simpatizantes.
El mandatario expresó su apoyo a los movimientos islamófobos y denunció las críticas a las que se ven sometidos por algunos medios de comunicación.“Me parece que es necesaria la tolerancia hacia otras opiniones, y que cada uno tiene derecho en una sociedad libre a expresar su opinión, y que la opinión contraria no puede ser acallada ni calificada con etiquetas o insultos como extremistas, xenófobos, islamófobos, racistas o fascistas”.
La atmósfera del discurso de Zeman fue de hecho bastante distinta de la del año pasado, cuando los asistentes mostraron al presidente tarjetas rojas y arrojaron huevos y otros objetos contra el pódium. Un factor que contribuyó a que el presidente contara esta vez con un público uniforme fue el hecho de que el acto se convirtió por motivos de seguridad en un evento cerrado.Poco antes del discurso la Policía impidió el paso a Albertov a un grupo de estudiantes que deseaba acceder a la placa conmemorativa que se halla en el lugar. Así explica la actuación de los agentes la portavoz de la dirección de la Policía, Jana Macalíková.
“A los decanos y rectores les permitimos pasar, y también a algunos estudiantes, en concreto a sus representantes, pero no a toda la muchedumbre. Esta gente llegó en el momento en el que ya había terminado la inspección pirotécnica del lugar efectuada con motivo de la visita del presidente de la República”.En Praga se celebraron otros dos actos contrarios a la llegada de inmigrantes musulmanes al país: uno en la simbólica plaza de Venceslao, al que acudieron también representantes de la extrema derecha, y otro frente a la Oficina del Gobierno, que llegada la noche fue disuelta a la fuerza por la Policía, realizándose dos detenciones.
Con el lema ‘Este país es de todos’ y ‘Encuentro de gente de buena voluntad’, se dieron cita en el centro también manifestantes a favor de conceder asilo a los refugiados. Las fuerzas del orden se cuidaron de que los actos de signo contrario no entraran en contacto, de modo que la jornada transcurrió sin incidentes. A su vez en la plaza del Castillo de Praga (Hradčanské náměstí) se realizó una concentración de protesta en contra del presidente Miloš Zeman.Actos conmemorativos por todo el país
Los actos del 17 de noviembre no se limitaron en absoluto a la capital checa. En Zlín se celebró un encuentro entre protagonistas de la Revolución de Terciopelo y el consistorio de la ciudad. En Brno el pleno del Ayuntamiento se celebró en el refugio nuclear de debajo del castillo de Špilberk, como sucedía en tiempos del comunismo. En la casa de campo de Václav Havel, en Hrádeček u Trutnova, tuvo lugar un acto conmemorativo, y en Liberec fue inaugurada una nueva parada de tranvía y un monumento en honor a los firmantes del manifiesto anticomunista Carta 77.
Asimismo también se recordó a los estudiantes checos víctimas de la represión nazi en 1939, cuando fueron fusilados nueve representantes estudiantiles. En la residencia estudiantil de Hlávkov, en Praga, se homenajeó a las víctimas, así como en la inauguración de un nuevo monumento en Ostrava.Los checos también tuvieron un gesto con los fallecidos en los atentados de París de la semana pasada. En el Ayuntamiento de la ciudad de Otrokovice ondeó este martes además de la bandera checa, una bandera negra y una francesa.