La Casa del Lucio Dorado, una joya escondida en plena ciudad de Olomouc
De la mano del guía de turismo Štefan Blaho, que trabaja desde hace más de veinte años mostrando su ciudad, visitamos la emblemática pero no tan conocida Casa del Lucio Dorado de Olomouc, un edificio que, además de reunir tantas leyendas como estilos arquitectónicos, fue durante tres meses la vivienda del genial músico Gustav Mahler.
Štefan Blaho nació a veinte kilómetros de la ciudad de Olomouc, empezó a aprender varios idiomas tras estudiar unos años en Italia sin saber que ese interés en las lenguas extranjeras le abriría las puertas a un trabajo que desarrolla hace más de veinte años: el de guía turístico de la ciudad de Olomouc, una de las más antiguas e importantes de Chequia.
Durante esos paseos que son bastante flexibles y duran una o dos horas, Blaho recorre, sobre todo, las fuentes, el reloj, las columnas, el ayuntamiento, la catedral, el Palacio Arzobispal, algunos parques y fortificaciones. Sin embargo, hasta ahora, no incluyó uno de los lugares que él considera más interesantes y representativos de Olomouc, pero que, sin embargo, los turistas no suelen conocer: la Casa del Lucio Dorado.
“La casa que tiene estos símbolos del lucio es una de las casas más antiguas de la ciudad y se encuentra, además, en un lugar estratégico”.
Blaho explica que la ubicación privilegiada de esta casa de dos pisos que, en 1709, no resultó indemne al incendio que azotó a la ciudad y estuvo en serio peligro de derrumbe, se debe a que está en una esquina delimitada por tres calles destacadas de Olomouc: Michalská, que conduce a la hermosa iglesia de San Miguel, el pasaje Mahlerova, que llevaba a la Universidad Palacký, y Ztracená, una arteria cuyo nombre, probablemente, no le haga justicia a su importancia.
“Esta que se llama calle Perdida es muy interesante porque, lejos de estar perdida, es una calle que lleva a la catedral, es por eso que para mí esta casa tiene uno de los lugares más importantes de toda la ciudad”.
Cuenta Blaho que, antiguamente, la zona era un barrio italiano en el que solía haber prostitución, lo cual podría explicar el nombre de la calle. Pero, por supuesto, el valor de la Casa del Lucio Dorado no se limita a su ubicación ya que también ofrece una enorme riqueza y variedad arquitectónica que, por otro lado, responde a distintas épocas. Y si bien se sabe que fue reconstruida bajo los estilos renacentista y barroco, y que adquirió su nombre actual en 1614, el problema, según explica Blaho, es que no puede precisarse la fecha exacta de su construcción porque, a mediados del siglo XVII, la ciudad fue saqueada y destruida por los suecos. Como consecuencia, se perdieron muchos documentos históricos y el origen de algunas propiedades antiguas, lejos de estar documentado, depende de la especulación.
“La ciudad es una continua caja de sorpresas para los turistas, con una herencia cultural muy rica, porque Olomouc era la ciudad más grande de la región de Moravia, de alguna forma era su capital y contaba con universidad, obispo y todas las estructuras más importantes. Pero los suecos pusieron fin a ese período de oro de la ciudad. Olomouc tenía alrededor de diez mil habitantes y era la segunda ciudad más importante después de Praga en nuestro país, pero con la ocupación sueca se redujo mucho la cantidad de habitantes y muchas cosas tuvieron que trasladarse a Brno”.
Lo cierto es que, en el sótano de la Casa del Lucio Dorado, está representado el estilo gótico que se remonta al siglo XV o tal vez XIV, pero, además, en su interior, pueden observarse bóvedas renacentistas. Sus propietarios más ilustres fueron, a mediados del siglo XVII, el destacado pintor Tomáš Andermann, más tarde, el concejal Pavel Straupe y, luego, el comerciante de pan de jengibre Jan Höher, mientras que en la década de 1920 la casa albergó una vinoteca.
“Y en el segundo piso puede verse el estilo barroco, en una parte más nueva construida en el siglo XVIII, pero luego la casa también sumó algunos rasgos del clasicismo como, por ejemplo, unos pilares típicos de finales del siglo XVIII”.
Por otro lado, Blaho destaca la puerta de madera que también tiene motivos típicos del clasicismo. Pero, además de todo eso, el rasgo más distintivo de esta casa son los dos lucios que aparecen en cada extremo de la fachada. Blaho explica que, como en el pasado las casas no incluían los nombres de las calles, para contribuir a la orientación incorporaban diferentes símbolos que, muchas veces, remitían a distintos animales.
“La casa se llama así porque su dueño era un pescador que una vez perdió su anillo de oro que, después de un tiempo, fue encontrado en el interior de un lucio, pero mientras tanto tenía la sospecha de que los trabajadores de la casa le habían robado. Esa es una de las muchas leyendas de Olomouc”.
La leyenda, sin embargo, tiene algo de verdad: durante el siglo XVI creció la demanda de pescado, por lo que se construyeron varios estanques en los alrededores de Olomouc. Otro dato real es que, por entonces, el propietario de la casa era Jan Bahenský, un hombre rico que tenía, entre sus inquilinos, a una pareja con tantos problemas económicos que no podían contraer matrimonio y a quienes, según la leyenda, acusó de haberle robado el anillo. Sin embargo, en la casa vivía también Ondřej, un solitario niño de diez años que decidió ayudar en la búsqueda y, por pura intuición, ayudó a pescar dos carpas y un lucio dorado que, al destriparlo, dejó ver el anillo. Entonces, el propietario de la casa se dio cuenta de que lo había perdido al pescar en el estanque y para limpiar su conciencia le organizó a la pareja de inquilinos una suntuosa boda. También recompensó a Ondřej y, por último, hizo tallar en la fachada el símbolo del pez que, desde entonces, da nombre a la casa.
“Si hablamos de esta casa, hay muchas cuestiones que no son ciertas y son solo leyendas, pero lo que sí es verdad es que, durante tres meses, vivió aquí Gustav Mahler, que trabajó como director de orquesta local, algo de lo que la ciudad está muy orgullosa, porque también el teatro donde trabajaba Gustav Mahler lo había fundado el arzobispo de Olomouc, el hermano del emperador austríaco y gran mecenas, que reunió en su archivo partituras de Beethoven, Mozart y también de Gustav Mahler”.
En la época en que vivió en la Casa del Lucio Dorado, en el año 1883, Gustav Mahler ya era bastante conocido, aunque no tan famoso como en los primeros años del siglo XX. La vivienda, además de ser cómoda, le quedaba muy cerca del teatro en el que trabajaba. Sin embargo, cuenta Blaho que Mahler era muy crítico: se quejaba de la calidad de los músicos y, sobre todo, de que siendo vegetariano en Olomouc resultara casi imposible comer otra cosa que no fuera carne; algo que, por supuesto, el tiempo se encargó de corregir porque, en la actualidad, hay varios bares y restaurantes vegetarianos en la zona.