La Bula de Oro Siciliana cumple 800 años

La Bula de Oro Siciliana

Los pormenores del surgimiento de uno de los documentos de mayor relevancia en la historia nacional, la Bula de Oro Siciliana, los recuerda una exposición instalada en el Museo de Ostrava, que se prolongará hasta el 12 de septiembre. La muestra es uno de los cometidos que se realizan este año en Chequia con motivo del 800 aniversario de la emisión de ese escrito, que garantizó la sucesión del título real y la integridad territorial del Estado Checo. Otras actividades vinculadas con ese aniversario se efectuarán en septiembre en Praga.

La Bula de Oro Siciliana
Los historiadores consideran la Bula de Oro Siciliana como un documento trascendental que testimonia la creciente influencia y poder del Estado Checo en la Europa de las postrimerías del siglo XII. El documento confirmó la independencia de las Tierras Checas a la vez que verificó su integración al Sacro Imperio Romano, lo que ofrecía a los soberanos de Bohemia nuevas amplias perspectivas en política interna y exterior.

Con la obtención de ese edicto de manos del emperador romano-germánico Federico II, culminaron los empeños del rey de Bohemia Přemysl Otakar I por garantizar a su país la sucesión del trono y un mayor respeto de parte de las demás naciones del centro de Europa. De un día a otro, el principado de Bohemia se convirtió en Reino, según sostiene el historiador Josef Žemlička.



Přemysl Otakar I
“El rey checo Přemysl Otakar I obtuvo la Bula de Oro Siciliana el 26 de septiembre de 1212. Además de confirmar la sucesión del reino, el documento aseguraba la integridad del territorio del Estado Checo, incluyendo Moravia y la diócesis de Praga. Přemysl recibió bajo su poder asimismo algunos territorios imperiales al oeste de la frontera de Bohemia”.

El nombre del documento, la Bula de Oro Siciliana, surgió no obstante mucho más tarde, a comienzos del siglo XX. Hasta ese entonces se le había llamado ‘El gran privilegio’, destacándose la importancia que había tenido en su época.

Federico II.
La nueva determinación se debe a que el documento lleva un sello dorado del emperador Federico II. En el momento de la firma del escrito, Federico no había sido nombrado oficialmente todavía como emperador y por eso había utilizado la bula de oro y el sello que tenía como rey de Sicilia.

Hablando del aporte del documento para la nación checa, debemos explicar también el motivo por el que el emperador se lo entregó al rey de Bohemia. Para ello debemos rememorar algunos hechos acaecidos en Europa en las postrimerías del siglo XII que influyeron en la situación en Bohemia.

Hay que decir que ya antes de Přemysl Otakar I había obtenido el título real Vratislav II Premislita, quien fue coronado en 1085, siéndole reconocidos así los méritos por el servicio militar para el emperador Enrique VI. A Vratislav II le costó muchos esfuerzos.

Federico Barbarossa
Más tarde, concretamente en 1158, el título real le fue asignado por el emperador Federico Barbarossa del Sacro Imperio Romano Germano a Vladislao II Premislita, por su apoyo en los combates contra los pueblos insurgentes del norte de Italia. Pero a diferencia del documento obtenido posteriormente por Přemysl Otakar I, en los dos casos anteriores no se trató de un título real hereditario, según señala Josef Žemlička.

”Přemysl, hijo de Vladislao II Premislita y Judith de Turingia, también tuvo que demostrar sus cualidades. En 1198 falleció el emperador Enrique VI y se iniciaron las luchas por la corona imperial que duraron 15 años. Přemysl Otakar prometió apoyar al hermano menor de Enrique, el duque Felipe de Suecia, que le iba a garantizar ventajas para el futuro. Pero Přemysl pasó más tarde a respaldar al rival de Felipe, Oto IV de Braunschweig, que fue coronado en Aquisgrán como emperador romano-germánico. Sin embargo, Přemysl ayudó al final a conquistar la corona a Federico II, quien fue sucesor legítimo de Enrique VI y fue apoyado también por el papa Inocencio. Y Federico, en agradecimiento le asignó a Přemysl el privilegio del trono hereditario, garantizado en la Bula de Oro Siciliana”.

Los príncipes electores del Sacro Imperio
Gracias a la Bula de Oro Siciliana, el rey de Bohemia tenía el derecho de investidura de los obispos de Olomouc y de Praga, iba a participar simbólicamente en las marchas de coronación de los reyes romano-germánicos hacia Roma, así como la obligación de asistir a determinadas reuniones del imperio.

Con ello, el soberano de Bohemia obtuvo el título de copero mayor y el cargo de príncipe elector que le autorizaba a tomar parte en las elecciones del rey romano-germánico.

La Bula ayudó a Přemysl Otakar I a mantenerse en el poder y le protegió ante diversos intentos de sus enemigos de destituirlo. Durante el reinado de los sucesores de Přemysl, el documento perdió su significado, debido a que fue sustituido por otros documentos más recientes.

Carlos IV
No obstante, con la desaparición del último descendiente masculino de la dinastía de los Premislitas, fue rescatada la Bula de Oro Siciliana al ser buscado un nuevo sistema para la elección del soberano en las Tierras Checas.

Sin embargo, recién en los tiempos del emperador romano germánico Carlos IV el documento volvió a recobrar su importancia y fue reconocido como una norma válida para todo el reino, según afirma Josef Žemlička.

”El rey Carlos IV tenía una gran admiración por los Premislitas, más cuando su madre, Elisa Premislita, fue descendiente de esa familia. Carlos IV decidió recobrar la Bula de Oro Siciliana y aplicar sus estipulaciones durante su reinado. En abril de 1348 Carlos elaboró una lista con unos 14 privilegios que en el pasado fueron dados al Reino Checo, incluida la Bula de Oro Siciliana y decidió que esas normas serían válidas para todo su reino. Carlos modificó en la Bula el pasaje sobre la sucesión del trono, lo que fue sumamente importante, ya que determinó quiénes deberían participar y decidir sobre el nuevo soberano, en caso de la desaparición de una dinastía real”.

El Museo de Ostrava
El original de la Bula de Oro Siciliana se guarda actualmente en el Archivo Central del Estado, en Praga y forma parte de los documentos del Archivo del Reino de Bohemia.

En la exposición que tiene lugar ahora en el Museo de Ostrava no se puede ver ese valioso documento, pero hay allí otros importantes escritos, sellos, monedas, diversos tipos de armas y muestras de los hallazgos arqueológicos que datan del siglo XIII y que facilitan a los visitantes hacerse una idea sobre aquellos lejanos tiempos y les explican el gran aporte que significó la Bula de Oro Siciliana para el Reino de Bohemia.

Josef Žemlička
Sin embargo, con motivo del 800 aniversario del documento, el público tendrá una única posibilidad de verlo en Praga, en el marco de las actividades conmemorativas, como sostiene Josef Žemlička.

”El aniversario de la Bula de Oro Siciliana representa un acontecimiento de relevancia para nuestro país. Además de que se trata de uno de los pocos escritos de la Edad Media que marcaron la política interna y exterior del Estado y que se han conservado hasta la actualidad. El Archivo Nacional en cooperación con el Instituto de Historia, y las facultades de Filosofía de Praga y de Brno, preparan una exposición especial para finales de septiembre, en la que serán expuestas al público en el Archivo Nacional durante tres días la Bula de Oro Siciliana y sus suplementos, así como su confirmación por parte del rey de Bohemia y emperador Romano-Germánico, Carlos IV.”

La exposición en el Museo de Ostrava
La muestra será inaugurada el 26 de septiembre, día del aniversario del documento, con una conferencia sobre el tema.

Josef Žemlička señaló que algunos historiadores afirman que especialmente en el siglo XIX los patriotas checos acentuaban mucho el significado de la Bula de Oro Siciliana.

Entonces se formó un fuerte movimiento de resurrección nacional en el país y la Bula fue presentada como un documento que confirmaba el derecho de la nación checa a vivir en su propio Estado independiente.

Los especialistas indican que el aprecio por la Bula se debe en gran medida a su inusual aspecto y el sello dorado que lleva y al rol que le fue atribuido por el emperador Carlos IV. Este soberano hizo lo posible para enlazar durante su reinado con las antiguas tradiciones que fueron propagadas por sus antepasados de la famosa dinastía real nacional de los Premislitas.