La ayuda humanitaria a Beslan es a largo plazo

Beslan (Foto: CTK)

Gran impacto causó en el mundo el ataque de un grupo de terroristas contra una escuela de Beslán, ciudad en Osetia Septentrional, perpetrado a comienzos del presente mes. A pesar de haber transcurrido más de dos semanas de esa tragedia, sus secuelas seguirán presentes todavía largo tiempo y, quizás, nunca se logren curar algunas cicatrices en el alma de los niños de Beslán.

Beslan  (Foto: CTK)
Gran impacto causó en el mundo el ataque de un grupo de terroristas contra una escuela de Beslán, ciudad en Osetia Septentrional, perpetrado a comienzos del presente mes. A pesar de haber transcurrido más de dos semanas de esa tragedia, sus secuelas seguirán presentes todavía largo tiempo y, quizás, nunca se logren curar algunas cicatrices en el alma de los niños de Beslán.

Centenares de muertos y heridos, la mayoría de ellos, escolares. Muchos de los niños que sobrevivieron la tragedia, se niegan rotundamente a volver a entrar en una escuela. Así de profundo es el trauma. Autoridades oficiales y organizaciones humanitarias de muchos países, entre ellos, la República Checa, han ofrecido ayuda a Rusia.

La organización humanitaria checa "Hombre en Emergencia" está preparada desde ya para asumir tareas en Beslán, según indicó en entrevista para Radio Praga, Ana Trot, colaboradora de "Hombre en Emergencia".

Hombre en Emergencia
La organización se propone colaborar con una entidad local osetia para que un grupo de psicólogos atienda durante un mínimo de un año escolar un grupo de 50 niños afectados, que estuvieran en un colegio. Paralelamente se trabajaría con los profesores de esa escuela y se organizarían seminarios para profesionales de la educación y sanidad sobre el estres postraumático en situaciones de violencia, para que sean después los especialistas locales que puedan ocuparse de esos temas y elevar la atención a la población afectada.

"Sabemos que está trabajando allí un equipo de psicólogos y psiquiatras del Instituto de Medicina de Moscú y algunas organizaciones internacionales como "Médicos sin fronteras" han intentado ayudar. En primer lugar con material, pero también enviando algunos especialistas. De todas formas es muy complicado, porque hay muy pocos especialistas preparados para casos semejantes de emergencia y existe una gran barrera cultural y de idioma".

La organización "Hombre en Emergencia" tiene experiencias con este tipo de labores, pues sus activistas y colaboradores trabajan en la zona del Cáucaso desde hace varios años. Ana Trot, colaboradora de "Hombre en Emergencia" compartió con Radio Praga sus opiniones sobre el tipo de ayuda que más necesitarían los niños y demás ciudadanos que sobrevivieron a la tragedia de Beslán.

Beslan  (Foto: CTK)
"Yo creo que la ayuda más que material es ayudar a formar a especialistas que pudieran hacerse cargo del proceso postraumático de la gente individualmente y de toda la comunidad. Obviamente, a la larga, se va a tener que formar una segunda capa de profesionales, como médicos, enfermeras y maestros, que son los que van a tener posteriormente contacto con las víctimas. Esos profesionales deberán trabajar con la población durante mucho tiempo".

Ana Trot, colaboradora de "Hombre en Emergencia", especificó también algunos programas que la organización humanitaria checa desarrolla en otras zonas del Cáucaso, en Chechenia e Ingushetia.

"Además de otros proyectos que tiene "Hombre en Emergencia" en el Cáucaso, el que más pueda interesar a los oyentes de Radio Praga es el trabajo con niños y adolescentes, tanto en Ingushetia como en Chechenia, en las escuelas. Allí hemos fundado unos Centros de Rehabilitación Psicológica y allí estamos tratando a niños que sufren secuelas de la situación de guerra y de violencia que está sufriendo Chechenia desde hace varios años. Volviendo a la barbarie de Beslán que fue condenada por el mundo entero, hay que recordar que los niños chechenos ya llevan más de diez años en situaciones de violencia y de terrorismo perpetuas y que han muerto decenas de miles de niños y que la respuesta de la comunidad internacional no ha sido ni mucho más contundente que en el caso de Beslán. "Hombre en Emergencia" está trabajando allí con niños y demás población muy traumatizados y que están viviendo en una cultura del trauma. Entonces es muy difícil pretender alguna recuperación psicológica a largo plazo en esas condiciones".

Ana Trot insiste, no obstante, en que es muy importante ayudar a los niños a superar sus traumas y afirma que cualquiera que sea el avance que se logre, es significativo para la futura recuperación de esos niños.

"Por supuesto es más difícil obtener resultados positivos, nosotros no podemos cambiar la situación de violencia que hay en torno a los centros. Pero lo que sí podemos o intentamos es darles "herramientas" psicológicas a los niños para afrontar esas situaciones. Eso es como aquél dicho "Si no puedes cambiar la realidad, intenta comprenderla", pero de otra forma. Pues eso es lo que están aprendiendo los niños en esos Centros. Tenemos resultados positivos pero puede ocurrir cualquier caso, que los niños son testigos de un atentado y hemos vuelto en las terapias dos pasos para atrás y tenemos que empezar, no digo de nuevo, sino desde otro punto, de vez en cuando aún más difícil".

Ana Trot señaló en entrevista para Radio Praga que independientemente de las circunstancias que llevaron a los colaboradores de "Hombre en Emergencia" al Cáucaso, el trabajo con los niños es hermoso.

"No es una vivencia concreta que pueda contar, pero sí lo que me gustaría es decir que me he enamorado de los niños y de la juventud chechena y de Ingushetia y que me ha parecido que por ellos vale la pena luchar y vale la pena trabajar. Compartiré con ustedes al menos una anécdota que me pareció muy tierna. Ya cuando me estaba yendo después de haber trabajado mucho tiempo allí, les estaba hablando en una clase a los niños y empecé a decirles: Sí, porque vosotros, nuestros niños, porque vosotros, nuestra juventud. De pronto me di cuenta de lo que estaba diciendo, o sea, "nuestros niños, nuestra juventud", cuando yo en realidad estaba allí como extranjera de paso y eso para mí fue un signo muy claro de que me había congeniado, de que me había enamorado de los niños y de ese país".

Los programas de la organización humanitaria checa "Hombre en Emergencia" desarrollados en Chechenia e Ingushetia, tienen amplia repercusión entre la población local. Además de los temas señalados, Ana Trot recordó también una campaña contra el SIDA y las drogas.

Ana afirma que el trabajo en el Cáucaso, además de aportarle nuevas experiencias, le permitió conocer a fondo a los habitantes de la zona. Apunta que especialmente los niños y la juventud "son muy activos y receptivos".

"Los niños y la juventud chechena son muy activos porque, además, no disponen de una estructura social donde ellos puedan gastar su energía. Dense cuenta que lo único que funciona son las escuelas y algún que otro centro de organizaciones humanitarias. Pero eso es lo mínimo. Si antes habían centros de deportes, centros de artes y otros centros para pasar el tiempo libre, hoy en día eso no existe. Por ello tenemos a muchos voluntarios, pues la gente de todas las edades quiere hacer algo y está sintiendo que hace algo por los demás. Eso es muy importante. Además, eso de que pueden hacer algo por sus congéneres, por sus amigos, por su Patria, ayuda en la terapia".

Aquí concluye este Panorama Checo, en el que Ana Trot, colaboradora de la organización humanitaria checa "Hombre en Emergencia" compartió con Radio Praga, sus experiencias y vivencias del trabajo en las zonas del Cáucaso y, especialmente con los niños chechenos. "Hombre en Emergencia" se dirigió también a las autoridades rusas, ofreciendo ayuda de sus especialistas a los niños que sobrevivieron el reciente ataque terrorista en Beslán, Osetia Septentrional.