Klaus tilda de cobarde la ratificación del Tratado de Lisboa por senadores
El Senado checo ratificó este miércoles el Tratado de Lisboa y se lo pasó al presidente, Václav Klaus, cuyo visto bueno es indispensable para su aprobación por parte de la República Checa. El mandatario, uno de los mayores críticos del documento, no ha expresado claramente si lo ratificará o no.
“Yo, en calidad de primer ministro, he firmado el documento, así que tuve la responsabilidad por su aprobación en el Parlamento. Al haberlo ratificado ambas cámaras del Parlamento, mi deber ha terminado. Ahora es el turno del presidente para tomar una decisión. Creo que Václav Klaus intentará obstruir el proceso, pero él mismo no puede resistir mucho tiempo a la decisión de ambas Cámaras del Parlamento”, insistió Topolánek.
Por su parte, Václav Klaus, conocido euroescéptico, no ocultó su disgusto respecto al resultado de la votación de los senadores, a los que sometió a una dura crítica.
“Con su decisión, dieron la espalda a los intereses a largo plazo de la República Checa y prefirieron defender sus propios intereses a plazo reducido”.
El presidente tildó la decisión de los senadores de “un error” comparable a los otros cometidos por políticos a lo largo de la historia del país.
“Nuestros políticos siempre han buscado parecidas justificaciones cobardes: que somos pequeños, débiles, insignificantes en el contexto europeo, y que debemos subordinarnos aunque no estemos de acuerdo”, sostuvo Klaus.
Un grupo de senadores del Partido Cívico Democrático, que comparten las opiniones del presidente y votaron en contra del Tratado de Lisboa, tienen previsto solicitar al Tribunal Constitucional que examine si el documento no contradice las leyes del país. El presidente checo resaltó que no se pronunciará sobre el documento antes de que lo haga dicha institución.
El mandatario agregó, además, que por el momento no vale la pena deliberar sobre la ratificación del Tratado de Lisboa, ya que el documento está muerto, debido a que Irlanda lo rechazó en un referéndum.
Sin embargo, el Tratado podría resucitar en octubre, cuando los irlandeses vuelvan a votar sobre el documento en un plebiscito.