Kaczynski no convenció a Klaus sobre el Tratado de Lisboa
El presidente de Polonia, Lech Kaczynski, realizó una visita relámpago a la República Checa para reunirse con su homólogo Václav Klaus y debatir sobre uno de los temas más candentes de la Unión Europea: El Tratado de Lisboa.
Tras una reunión con el presidente de Francia, Nicolas Sarkozy, el mandatario polaco cambió de opinión y de detractor pasó a promotor de la ratificación del Tratado de Lisboa.
No fue este el caso con el mandatario checo, Václav Klaus, que después de reunirse con su igual polaco insistió en que el Tratado de Lisboa es un documento muerto.
“Yo no oculto que considero al Tratado de Lisboa como un error, como un desacierto, como algo malo para Europa. Pero en ningún momento traté de influir en este sentido al presidente Kaczynski”, dijo el presidente checo.
La visita del mandatario polaco a la República Checa ha sido interpretada, por algunos observadores, como un gesto de cara a la Unión Europea. Kaczynski insistió en que la solución del asunto sigue estando en manos de Irlanda, pero agregó que ni él ni Polonia representarían un obstáculo en el proceso de ratificación del documento.
En Polonia el Tratado de Lisboa fue ratificado por la Cámara de diputados y por el Senado, se espera únicamente la firma del presidente Kaczynski, quien ahora asegura no tener nada en contra.
En la República Checa el proceso de ratificación se encuentra paralizado, porque se espera el fallo definitivo del Tribunal Constitucional que ha de determinar si el documento está o no en contradicción con la legislación nacional.El Gobierno checo anunció oficialmente que el documento no contradice la Constitución de la República, pero que es necesario esperar el fallo del Tribunal que podría conocerse antes de finales del año.
La postura del Gobierno y la del presidente de la República sobre el Tratado de Lisboa difieren radicalmente, a la vez que algunos diputados del oficialismo han expresado que todavía no saben cómo votarán durante el proceso de ratificación.
A partir del primero de enero de 2009, y durante seis meses, la República Checa tendrá la presidencia rotativa de la Unión Europea, y en caso de que Francia, país que ahora preside, no logre una solución, el tema del Tratado de Lisboa podría pasar a la presidencia checa.