Gobierno llevará a Bruselas la condición de Klaus (si es la última)
El Gobierno aceptó la última de las condiciones que el presidente, Václav Klaus, lanzó el pasado viernes antes de firmar el Tratado de Lisboa, si éste garantiza que efectivamente es la última antes de plasmar su rúbrica.
“Necesitamos la garantía del presidente, porque esa es la garantía que nosotros vamos a ofrecer a nuestros socios europeos de que ésta es la última condición y que ya nada frenaría la ratificación”.
La nueva condición interpuesta por el presidente Václav Klaus para firmar el Tratado de Lisboa agitó el pasado viernes, no solo la escena política checa, sino de toda Europa. Los temores de última hora de Klaus en particular son que Lisboa anule los Decretos de Beneš y que, por tanto, los alemanes expulsados tras la Segunda Guerra Mundial de los Sudetes puedan reclamar las posesiones que entonces perdieron.
El antiguo vice primer ministro para Asuntos Europeos, Alexandr Vondra, si bien considera legítimas las nuevas reservas de Klaus, considera sospechoso que no las hiciera con anterioridad.
“Esto se le ha ocurrido ahora. Entre todos los documentos que el presidente envió en su día sobre el Tratado y que yo leí, no existía entonces ninguna preocupación por este punto”.
Tras la firma el sábado del presidente polaco, Lech Kaczynski, ya son 26 de los Veintisiete los países que han ratificado el Tratado de Lisboa. Toda Europa mira a la República Checa, como el único resquicio antes de poder aplicar el acuerdo. En el Reino Unido, el Sunday Times incluso publicaba el domingo cavilaciones de diplomáticos alemanes y franceses para poder aplicar Lisboa saltándose la firma del presidente checo.Jan Fischer, es consciente del nerviosismo creciente en el seno de la Unión Europea que mira como en Praga se suceden las polémicas que no dejan ver la luz al final del túnel en el que se convirtió la ratificación checa del Tratado de Lisboa. Según declaró el primer ministro, espera que el hecho de ser el último paso previo a ese momento, haga disminuir la tensión de los socios comunitarios hacia la política checa.
Sobre la fecha, Fischer declaró que tiene que ser en la cumbre del 29 y 30 de octubre, y no después, porque la siguiente reunión en Bruselas se producirá en diciembre, lo que ya es demasiado tarde para Chequia y para toda Europa.