Jaromír Horák, rey del folclore de Chodsko

Jaromír Horák
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Un hombre muy modesto, culto y alegre-así era el inolvidable intérprete de canciones folclóricas de la región de Chodsko, Jaromír Horák. Con su colorido tenor desmintió la equivocada idea de que con una voz cultivada no es posible interpretar auténtica y fielmente canciones folclóricas.

"Domazlice es una bonita ciudad con su cervecería y su buena cerveza", canta Jaromír Horák con sus compañeros Frantisek Ledinský y Josef Siroký en un tema folclórico de Chodsko. El haber nacido en 1912 precisamente en Domazlice predeterminó la carrera musical del cantante.

Domazlice es centro de la región de Chodsko, situada al sudoeste de Bohemia, cerca de la frontera con Baviera. En Chodsko se mantienen extraordinariamente vivas las tradiciones folclóricas, que se manifiestan en trajes típicos, danzas, canciones y cerámica.

Jaromír Horák no continuó el oficio de su padre pastelero. Era buen estudiante, aunque a veces faltaba a las clases, ya que en el cine acompañaba al piano o al acordeón proyecciones de películas mudas.

Con sus compañeros frecuentaba las fiestas populares en las afueras de Domazlice y cantaba con bandas de gaitas. Fue la mejor escuela para un cantante folclórico. A pesar de dedicarse tan intensamente a la música, concluyó los estudios pedagógicos, convirtiéndose en un respetado maestro.

La Segunda Guerra Mundial expuso a Jaromír Horák a una atroz prueba. Los nazis seleccionaron de la rebelde región de Chodsko a 150 rehenes que deportaron al campo de concentración de Flossenburg, Alemania. Jaromír Horák era uno de los prisioneros.

En Flossenburg se dio cuenta del talento del joven otro preso, un paisano checo, oriundo de Viena, que recomendó a Jaromír Horák que se dedicase al canto.

 Domazlice,  foto: CzechTourism
Jaromír Horák sobrevivió a los horrores del campo de concentración y una vez terminada la contienda, empezó a estudiar canto con la excelente profesora Marie Gartnerová. Poco tiempo después ganó un concurso de jóvenes cantantes para el Teatro Nacional de Praga.

Sin embargo, venció el amor hacia la tierra natal y Jaromír Horák regresó de Praga a Pilsen para ayudar al estudio local de radio a difundir canciones folclóricas con las bandas de gaitas de la región de Chodsko. En Pilsen se desempeñaría largos años como catedrático en la Facultad de Pedagogía.

El nombre de Jaromír Horák está indisolublemente ligado a las Festividades de Chodsko que se celebran todos los años en Domazlice. La última vez que asistió a las fiestas folclóricas de Chodsko fue en 1982. El 5 de septiembre del mismo año falleció. Los músicos folclóricos de Chodsko siguen recordando el humor de Jaromír Horák y su tesis de que la canción folclórica debería cantarse siempre donde se reunieran personas de mente pura y corazón abierto.