Hay numerosos obstáculos en las calles checas que dificultan la vida de los invidentes
En la República Checa hay unas 100 000 personas con alguna discapacidad visual reconocida. Pero no todas las ciudades están preparadas para que puedan moverse por ellas de forma segura y eficaz.
Las calles de algunas ciudades de la República Checa no son seguras para las personas invidentes. La proliferación de barreras arquitectónicas o la falta de señales acústicas son los dos principales problemas que estas personas deben enfrentar en su día a día, y mientras estos problemas persistan, no podrán moverse de forma totalmente independiente.
Desde los ayuntamientos se habla a menudo del tema, y existen planes que prometen solucionar estas dificultades. Pero la realidad es que no se avanza con la suficiente rapidez, y quienes padecen este tipo de incapacidad señalan que tienen problemas frecuentemente en estaciones de autobuses y en algunos cruces muy concurridos.Por ejemplo, en la ciudad de Hradec Králové menos de la mitad de los pasos de peatones tiene señales acústicas. En especial, hay dos puntos que son muy problemáticos, como explica Jarmil Moláček, quien tiene discapacidad visual y trabaja en Tyflocentrum, una asociación que ayuda a personas invidentes.
“Ahí hay un paso de peatones que cruza ambos carriles. No pedimos que arreglen todos los cruces, sino especialmente los puntos más frecuentados“.
Desde el Ayuntamiento de Hradec Králové reconocen que son conscientes de esta situación, pero afirman que en muchos casos existen dificultades técnicas que retrasan estas mejoras. Así lo manifiesta el portavoz de la Alcaldía, Petr Vinklář.
“Eso requeriría más conexiones mediante cables, y desgraciadamente, este cruce está siendo utilizado al máximo de su capacidad. Estas reparaciones deben resolverse en el marco de un sistema de tráfico inteligente que la ciudad está preparando. Es por ello que, por ahora, estos pasos no dispondrán de señales acústicas“.No obstante, y a pesar de que queda mucho por hacer, la tendencia es positiva en la última década y cada vez más ciudades tienen en cuenta este problema.
En toda Chequia hay unas 100 000 personas con discapacidad visual, de las que se estima que el 10% vive en Praga. La capital checa lleva muchos años intentando mejorar la vida de los invidentes, y a día de hoy, el 80% de sus cruces y pasos de peatones con semáforos cuentan con señales acústicas y el metro dispone de pavimento táctil.